FNAM HACE BALANCE DEL TRANSPORTE AÉREO EN FRANCIA
La
Federación Nacional de la Aviación y sus Oficios (FNAM) celebró la semana
pasada una rueda de prensa para hacer balance de una temporada de verano en
general positiva para el transporte aéreo francés y discutir las perspectivas
para 2024 , así como las principales cuestiones del sector .
Para
la FNAM, el sector del transporte aéreo en Francia se enfrenta efectivamente a
importantes desafíos económicos y medioambientales en un contexto comercial
hasta ahora dinámico. Sin embargo, adolece de la ausencia de un marco
regulatorio y operativo estable que le permita planificar con tranquilidad una
transición ecológica tan necesaria como costosa.
Entorno
económico
El
transporte aéreo francés se enfrenta a un entorno económico menos predecible
tras el repunte post-Covid. Si bien el transporte aéreo de pasajeros mantuvo un
buen desempeño en general, los sectores de carga y de aviación general y de
negocios experimentaron una caída después de la “burbuja” de Covid. Los
principales costos de las aerolíneas, incluidos el queroseno, los impuestos,
los impuestos específicos sobre el carbono, las regalías, los costos laborales
y el mantenimiento, han aumentado significativamente. Por tanto, los precios,
medidos por el Índice IPTAP DGAC, han aumentado.
En
general, el tráfico aéreo se ha mantenido bien. Las conexiones con los
Territorios Franceses de Ultramar, al igual que el tráfico internacional,
registraron buenos resultados, aunque las tensiones geopolíticas en regiones
como Ucrania, África Occidental y ahora Oriente Medio exigen vigilancia.
Resumen
del verano de 2023 y perspectivas para 2024
El
verano de 2023 estuvo marcado por buenos resultados operativos (paso de
fronteras y seguridad y procesamiento de equipaje) en los aeropuertos, a pesar
de que la actividad se aproxima al 95% de los niveles de 2019 en el hub
París-Charles-de-Gaulle. Sin embargo, persisten los problemas de puntualidad,
debido en particular a la actuación aún insuficiente del control del tráfico
aéreo (ATC). Estos desafíos persistirán en 2024 con la implementación del
sistema 4-Flight, que constituye un “mal necesario” para mejorar el
rendimiento.
Las
aerolíneas apoyan plenamente los esfuerzos para aumentar la previsibilidad de
los impactos de los movimientos sociales en los centros de control del tráfico
aéreo. Por ello, la FNAM espera que el Parlamento apruebe rápidamente el
proyecto de ley correspondiente.
Las
perspectivas del tráfico de larga distancia para el invierno de 2023/2024
siguen siendo optimistas, con un retorno a casi el 98% de la capacidad de 2019
en términos de asientos-kilómetro ofrecidos y un desarrollo, en particular, de
los servicios a Asia. Todo el sector se está preparando por fin para los
grandes acontecimientos que se avecinan, en particular los Juegos Olímpicos. En
este contexto, la FNAM pide que se garantice en buenas condiciones el acceso de
los empleados a los aeropuertos durante este período y que se limiten al máximo
las posibles restricciones de vuelo, en particular para la ceremonia de
inauguración.
Fiscalidad
del transporte aéreo
Esta
observación no es nueva, pero la bandera francesa sigue sufriendo una erosión
fuerte y regular, con una cuota de mercado actualmente inferior al 40%
(mientras que hace veinte años era superior al 60%).
La
descarbonización del sector aéreo francés es una necesidad con la que las
aerolíneas francesas están comprometidas. Sin embargo, esto conlleva costos
significativos y el sector, que ya está muy gravado, necesita poder invertir
sus limitados beneficios en su propia transición ecológica.
En
consecuencia, la FNAM reiteró su firme oposición a la aplicación, en el marco
del Proyecto de Ley de Finanzas de 2024, de un nuevo impuesto sobre las
infraestructuras de transporte de larga distancia, relacionado en particular
con el volumen de negocios de determinados aeropuertos. Este impuesto injusto
correrá casi en su totalidad a cargo de las compañías aéreas francesas que
operan en las principales plataformas parisinas o provinciales, mientras que,
paradójicamente, las grandes empresas extranjeras de “bajo coste” se salvarán.
Otra
gran preocupación se refiere a la financiación de la actividad soberana de
seguridad aeroportuaria. La FNAM pide al Estado que cubra total o parcialmente
el coste de esta actividad durante el período Covid para limitar el déficit
previsto en la tarifa de seguridad y vigilancia (T2S).
Por
fin las compañías aéreas están prestando especial atención a una posible
evolución de la normativa aeroportuaria. Han formulado propuestas conjuntas con
la Unión de Aeropuertos Franceses (UAF). También apoyan las recientes
recomendaciones de la Autoridad Reguladora del Transporte dirigidas al gobierno
sobre este tema.
Transición
ecológica
La
FNAM recuerda que la transición ecológica del sector de la aviación se basa en
varios pilares, en particular el progreso tecnológico a través de la renovación
de las flotas, el uso de combustibles aeronáuticos sostenibles (CAD o SAF en
inglés) y la optimización de las operaciones de vuelo. En lo que respecta al
CAD, es fundamental que el gobierno garantice, además del desarrollo de un
sector francés, el acceso a la biomasa necesaria a la espera del desarrollo de
los combustibles electrónicos y establezca mecanismos que garanticen un precio
de compra razonable.
Un
sistema de recargo fiscal para fomentar la renovación de los equipos de las
pistas con el fin de hacerlas “verdes” es importante para promover la
descarbonización de las operaciones terrestres.
Los
descensos continuos son un elemento clave para reducir tanto las emisiones de
CO2 como el ruido [ 1 ]. Esto debería constituir, al igual que la renovación de
la flota, una prioridad en los actuales estudios del enfoque equilibrado. De
hecho, son esenciales para poner en perspectiva las ventajas económicas y
sociales que proporciona la actividad aérea en relación con las molestias
generadas.
[
1 ] El coste social del ruido en Francia se estima en 147,1 mil millones de
euros al año según ADEME. El 66,5% de este coste social corresponde al ruido
del transporte, principalmente al ruido rodado que representa el 54,8% del
coste total, seguido del ruido ferroviario (7,6%) y sólo por detrás el ruido
aéreo (4,1%).
Según Publica: air-journal.fr
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