Un nuevo episodio de huelgas en la compañía Iberia de cara a la temporada de verano.
El desacuerdo entre Iberia y el Sepla se produce dos semanas
después de que los sindicatos de tierra y tripulantes de cabina de pasajeros
(TCP) hablaran de mala fe de la empresa en las negociaciones de un alza en la
productividad, por lo que se pidió la intermediación del Servicio Interconfederal
de Mediación y Arbitraje (SIMA) buscando que fuera retirada la última rebaja
salarial del 4%, que también afecta a los pilotos.
“Los gestoes de Iberia están intentando ir más allá, para
definir un horizonte laboral de tres o cuatro años para que la compañía pueda
funcionar sin plantear cosas de fuera del negocio, como si hay o no huelgas la
semana, que viene”, ha dicho. “Lo que opaca la imagen de la compañía son los
conflictos laborales, que no pueden ser la imagen de iberia”, ha añadido,
recordando algunos logros como más de un 90% de puntualidad en sus recorridos.
“La presión sindical ha hecho que nos e vayan cambiando las
leyes en este mundo”, ha dicho, en referencia a los impedimentos de las
aerolíneas estadounidenses de estar en manos europeas y viceversa. “La presión
sindical en nuestro sector tiene una capacidad de coacción sobre cualquier otro
sector porque paralizan un país”,
La asignatura pendiente de las líneas aéreas están en
Europa. Los convenios laborales en que estamos anclados son muy pesados y los
costes son superiores a otros del mundo.
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