Fomento reclama ha Iberia: un plan de futuro para la compañía y un verano en paz al Sepla
La ministra de Fomento no deja de recordar que Iberia y sus
sindicatos tienen aún camino por recorrer en busca de la normalización de
relaciones. Tras imponer la mediación del catedrático de Derecho del Trabajo
Gregorio Tudela y evitar fuertes perjuicios al turismo, frenando las huelgas de
los más de 20.000 empleados de la aerolínea en el primer trimestre, en Fomento
aprecian que la tensión se dispara en pleno verano. Y Pastor, según salió a
relucir ayer en la junta del Sepla, no ha dudado en intervenir.
Iberia y sus pilotos llevan meses negociando un convenio con
el que se busca un alza en la productividad que rebaje los costes de la empresa
y los ponga a niveles de la low cost Vueling. En la madrugada del domingo 16 al
lunes 17 las conversaciones entraron en vía muerta después de que la dirección
de Iberia propusiera a los representantes del Sepla la eliminación del Anexo 10
del convenio. Esto suponía levantar el blindaje que Iberia tiene como aerolínea
titular en la T4 de Barajas, así como las precauciones frente a la posible
segregación de operaciones de la compañía. El Sepla se negó.
Con la ruptura reflejada en los periódicos del martes y ante
la inminente celebración de la junta de accionistas del jueves, 20 de junio, la
titular de Fomento llamó al consejero delegado de Iberia, Luis Gallego, y al
jefe del Sepla, Justo Peral, para provocar un acercamiento. Pastor demandó al
ejecutivo un plan de futuro tras el ajuste de plantilla que dejará sin empleo a
3.400 trabajadores, y trasladó a Peral la necesidad de un verano tranquilo en
los aeropuertos.
Ayer se llegó a comentar en la asamblea del Sepla que Pastor
vuelve a mostrar preocupación por el futuro de Barajas, traslada el mensaje de
que el aeropuerto madrileño debe ser un auténtico hub de Iberia, y que recordó
la letra del laudo dictado por el árbitro Jaime Montalvo, donde se frena
cualquier trasvase de actividad a la filial Express: “Iberia podría incurrir en
una sucesión ilegal de empresas”, se llegó a decir en la reunión de pilotos.
Tras la junta de IAG, y tras los consejos de la ministra,
hubo otro par de contactos entre empresa y pilotos, y fue el lunes 24 cuando se
volvieron a romper lazos. El Sepla argumenta que IAG, holding en que se
integran Iberia y British, planea un fuerte recorte de operaciones de Iberia
hacia Estados Unidos y un fortalecimiento de British en vuelos a España. Iberia
ya negó esas pretensiones y ayer fue Willie Walsh, consejero delegado de IAG,
quien fue un poco más allá: “British Airways no tiene ninguna intención de
operar vuelos de largo radio de pasajeros desde Madrid-Barajas. Esa es una declaración
alarmista del Sepla, claramente orientada a distraer la atención de la
reestructuración que Iberia debe realizar para sobrevivir”. Según datos de IAG,
Iberia opera ocho vuelos diarios entre Madrid y Londres, y British tiene cinco
diarios entre ambas capitales. Se trata, según la empresa, del mismo número de
vuelos operados en la ruta Madrid-Heathrow desde la fusión. Visto el argumento
de Walsh, el Sepla mantiene que British planea intensificar sus operaciones con
España en detrimento de Iberia.
En este contexto, Justo Peral y su equipo se presentaban
ayer ante sus pilotos con varias claves: el sindicato había aceptado una rebaja
de costes del 60% para que Iberia compita directamente con firmas de bajo coste
como Vueling, pero el convenio queda aparcado por la exigencia de anular el
Anexo 10; no se descartan movilizaciones en verano si la empresa no da pasos en
busca del acuerdo, y, por último, el Sepla estará siempre dispuesto a seguir
negociando. Peral, que volvió a poner su puesto a disposición de la asamblea,
valoró la solvencia técnica y un mayor talante negociador del consejero
delegado de Iberia, Luis Gallego, frente a su antecesor, Rafael Sánchez Lozano.
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