El Estado mantendrá su poder de decisión en Iberia hasta 2016
Los acuerdos de la fusión garantizan los derechos de voto de
la entidad española
La 3 Comentarios ha llegado en un momento turbulento para la
antigua aerolínea de bandera española, inmersa en un intenso plan de
reestructuración (que ha supuesto la destrucción de 3.147 empleos) y de recorte
de rutas y capacidad operativa. La progresiva alteración del equilibrio de
fuerzas, la ruptura de la promesa de «relación entre iguales» con la que nació
IAG en 2011, resultaba evidente. Tanto que ni siquiera el consejero delegado de
la sociedad, Willie Walsh, lo ocultaba. «Iberia y British Airways (BA) estaban
obligadas a avanzar a distinto ritmo»
Este hecho despertó una fuerte inquietud en el Gobierno, que
a toda costa -como insistía la ministra de Fomento, Ana Pastor- se había
marcado como prioridad garantizar la «españolidad» de Iberia. Y, para ello,
trataba de utilizar como correa de transmisión la participación de la
nacionalizada Bankia. ¿Qué cambiará la venta de esta? En realidad, nada (de
momento). El Ejecutivo podrá mantener los derechos políticos asociados de la
participación de la nacionalizada Bankia en Iberia (12,09%), al menos, durante
tres años más, en virtud de los acuerdos de fusión, rubricados en octubre de
2010.
En el texto del documento de salvaguarda consultado por este
periódico se establece que «los derechos de tráfico y permisos de vuelo otorgados
por las respectivas autoridades de Aviación Civil exigen que la propiedad
mayoritaria y el control de British Airways e Iberia se mantenga de forma
efectiva en manos de accionistas británicos (en el caso de British Airways) o
de accionistas españoles (en el caso de Iberia)». Con este fin se constituyó la
sociedad Garanair, titular del 50,1% de los derechos políticos de Iberia
Holding (la que, en esencia, representa a la aerolínea española). Mientras
tanto, IAG, que ayer rechazó realizar declaraciones y remitió a la entidad
española para conocer las consecuencias de la venta, controla un 43,1% de esta
compañía.
Esta denominada «sociedad de nacionalidad española», que
tiene derecho de voto, se debe componer obligatoriamente de inversores
españoles, como queda reflejado en dichos acuerdo. Actualmente, la integran
Bankia con un 87% del capital, como consecuencia de la participación procedente
de la extinta Caja Madrid, y El Corte Inglés, que dispone del 13% restante de
los títulos.
Sociedad autónoma
Por tanto, Garanair es una entidad que de manera autónoma,
al margen de los derechos económicos, puede ejercer oposición sobre las
decisiones que adopte IAG y que se puedan interpretar como una vulneración de
los intereses nacionales de la aerolínea presidida por Antonio Vázquez.
Otro tema de debate es si dichas sociedades han cumplido con
el cometido que se les había asignado y si, llegado el momento, el Ejecutivo
podría usar su participación en Bankia para intervenir en la gestión de una
sociedad privada. Precisamente, los sindicatos criticaron rotundamente a los
inversores españoles por no haber utilizado este recurso para paralizar la
reestructuración de Iberia, que contrasta con el plan de crecimiento de la
parte británica.
Lo que es seguro es que a partir del mes de enero de 2016 el
escenario podría ser completamente distinto. Uno de los epígrafes señala que
«las estructuras de nacionalidad tendrán que mantenerse al menos durante los
cinco años posteriores a la consumación de la fusión». Aunque los acuerdos se
firmaron en 2010, la fusión no se hizo efectiva hasta enero de 2011 y, además,
estos no establecían la obligatoreidad de mantener estas estructuras
posteriormente, con la única condición de que tanto la sociedad nacional
británica como la española se supriman al mismo tiempo. «Transcurrido dicho
plazo inicial de cinco años, IAG tendrá derecho a eliminar las estructuras de
nacionalidad (siempre y cuando las estructuras de nacionalidad se eliminen
simultáneamente)
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