La tragedia del Boeing 777: en búsqueda de los culpables
Quién derribó el Boeing 777 sobre
el territorio de la región separatista de Donetsk en Ucrania? ¿Quién es el
responsable de la muerte de casi 300 personas inocentes que se dirigían desde
Ámsterdam a Kuala-Lumpur? La imagen de una guía de Bali de la serie Lonely
Planet, intacta con su cubierta azul brillante entre los restos mutilados de
los pasajeros, es todo un testimonio de la tragedia vivida en el cielo europeo
como producto de un conflicto que no es local, como muchos podían o querían
creer hasta la tarde del 17 de julio.
La cuestión básica ahora es
determinar responsabilidades concretas por lo ocurrido, en el marco de
responsabilidades más amplias por haber dejado que el conflicto en Donbás
(región histórica que abarca el sureste de Ucrania y el suroeste ruso) llegara
a degenerar hasta tal extremo. En el capítulo de las responsabilidades amplias,
es decir, las sucesivas etapas del proceso de degeneración que se remontan al
otoño de 2013 están Ucrania, Rusia, los separatistas y también Occidente.
En el capítulo de las responsabilidades
concretas y específicas por el derribo del aparato la comunidad internacional,
comenzando por Holanda y Malasia, deberán estar vigilantes para asegurar que la
investigación se lleva a cabo de forma objetiva y parcial y que nadie va a
instrumentalizar políticamente esta catástrofe.
Muchas son las preguntas a
responder. ¿Estaba la zona de donde partió el disparo bajo control de las
fuerzas gubernamentales de Kiev o bajo control de los separatistas? ¿Estaban
los separatistas en disposición de utilizar los complejos antiaéreos Buk de los
que se apoderaron a fines de junio en Lugansk? ¿Los utilizaron? ¿O fueron los
responsables de la llamada “operación antiterrorista” los que dispararon
creyendo tal vez que el objetivo era un avión ruso que había penetrado en
territorio ucraniano para ayudar a los separatistas?
En Moscú, Alexandr Golts, un
especialista militar independiente, calcula que las fuerzas gubernamentales de
Kiev y los separatistas son ambos sospechosos al 50%. Los complejos de misiles
Buk, que comenzaron a producirse en 1972 y que están en los arsenales de los
ejércitos de Rusia y de Ucrania, tienen la posibilidad de alcanzar un blanco a
la altura a la que circulaba el avión siniestrado (a 10.600 metros). Los Buk
fueron diseñados para defender a los soldados en el campo de batalla, afirma
Golts, que se muestra escéptico sobre la posibilidad de que el misil que
alcanzó el avión saliera del territorio de Rusia. “Los militares rusos están
más cualificados que los ucranianos y que los separatistas y podían comprender
que se trataba de un avión de pasajeros”, dice.
Según Golts, no hay pruebas
concretas de que Rusia entregara ese tipo de armamento (los Buk) a los
independentistas, aunque éstos “posiblemente se arman desde Rusia”. El
Ministerio de Defensa ruso, en una nota oficial, afirma que el radio de alcance
de los Buk es de 45 kilómetros y el Boeing de las líneas aéreas de Malasia fue
alcanzado a 52 kilómetros de la zona de responsabilidad rusa. Según el
ministerio ruso, en la zona de Donetsk hay complejos de misiles Buk M21 del
Ejército ucraniano. “En total hay 27 puntos de lanzamiento”, señala la
información oficial. “Estos complejos por sus características táctico-técnicas
son capaces de detectar objetivos aéreos a distancias de hasta 160 kilómetros”
y de alcanzarlos a una altura de más de 30 kilómetros, señala.
Recuerda Golts que cuando los
separatistas derribaron su primer helicóptero con un lanzamisiles portátil
(allá por el mes de abril) manifestaron que lo habían robado a una unidad
ucraniana. Sin embargo, Golts afirma que los robos a las unidades ucranianas
comenzaron después del derribo del helicóptero y hacían referencia a las
comisarías de policía, afirma. “Y en las comisarías de policía no se guardan
complejos lanzamisiles portátiles”, subraya Golts. El analista opina que el
derribo del Boeing 777 tendrá “una influencia muy seria sobre la crisis en
Ucrania” y recordaba la crisis de 1983 cuando la URSS derribó a un Boeing
surcoreano sobre las costas de Kamchatka. “La oleada de odio y protestas que
aquello desencadenó fue muy grave”,afirma. “Tarde o temprano, la verdad
aflorará”, señala.
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