La privatización del 49% de Aena convence más a fondos que a las empresas de infraestructuras


Varias empresas interesadas en entrar en el capital de Aena están dando marcha atrás. El modelo no les convence, si bien las más 'potentes' podrían participar a la espera que se les permita a largo plazo entrar en la gestión de algún aeropuerto.

La entrada de capital privado en Aena Aeropuertos cuenta con ya con un modelo muy definido y un calendario, más o menos cerrado, para que se materialice una transacción planteada hace más de tres años. El Gobierno ha aprobado la creación de Enaire, empresa pública que controlará el 51% de Aena y que será encargada del control de la navegación aérea.

Y para Aena Aeropuertos, que seguirá gestionando los 47 aeródromos de la red que suman más de 200 millones de pasajeros al año, se ha decidido que un 21% de su capital se coloque entre empresas y fondos y otro 28% en Bolsa, lo que permitirá la entrada de más inversores institucionales, si bien habrá un tramo para los minoristas.

Hasta ahí todo parece bien perfilado y controlado. Pero el modelo elegido por el departamento que dirige Ana Pastor no convence a algunas de las compañías interesadas desde hace tiempo en el proceso.

¿Qué temas son los más críticos por esas constructoras, tecnológicas o empresas de infraestructuras? Básicamente que se les reserve un mero papel de socio financiero, sin poder participar en la gestión de los aeropuertos de forma real y directa: ni en el conjunto de la red ni en determinados aeródromos. Diferente habría sido, se señala, que se hubiera segregado la dirección y control de estos activos por paquetes -para evitar el cierre de llos menos atractivos-, y a través de Enaire se garantizase, con otras medidas, la unidad de la red, como pretende Fomento.

La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) también ha criticado en un informe no vinculante la vía elegida por Fomento, porque, en su opinión, no garantiza la competencia ni la bajada de los costes para el transporte aéreo, aspecto que repercute en la competencia de las líneas aéreas y en el turismo.

En este contexto, en medios del sector se estima que la mayor parte de los posibles socios de Aena se van a caer de la lista, y que, tal vez, quedarían en ella previsiblemente sólo Abertis y Ferrovial. Son compañías interesadas en invertir en las huecos que se abran en España y con capacidad para tener inmovilizadas inversiones a la espera de un cambio a un escenario más favorable.

Sin embargo, medios financieros destacan que los fondos de inversión, tanto de infraestructuras como los conocidos con la denominación de “buitres” acudirán a la colocación del 21% de la sociedad gestora de los aeropuertos. A su favor está la posibilidad de entrar a un precio, que intentarán tirar a la baja y que más adelante pueden rentabilizar, ya que ésa es una de sus especialidades operativas.

Aena presenta ahora, por otro lado, una perfil más atractivo, con resultado bruto de explotación de 1.610 millones de euros en 2013 y excedente de caja por 800 millones. Otro tema positivo es el aumento de los turistas extranjeros que le ha permitido elevar ingresos por las tasas, además de diversificar la fuente de facturación, entre ellas, con las licitaciones. El Estado, si todo va bien dentro de los problemas surgidos, puede ingresar del orden de los 2.500 millones de euros.

Mientras, algunas autonomías se han convertido en los principales opositores a la operación, tanto de Cataluña como el País Vasco. Pero la más batalladora está siendo la de Canarfas. En este contexto, el Gobierno de Canarias ha instado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a que incluya en el folleto informativo de la Oferta Pública de Venta de Aena la intención del Gobierno autonómico de impugnar el procedimiento de privatización.

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