Ryanair se devalúa en 410 millones tras los juicios y perder su identidad
Los inversores han castigado
fuertemente a Ryanair en las dos últimas sesiones bursátiles este jueves y este
viernes recortando su capitalización en 410 millones de euros tras conocerse
una sentencia que declaraba abusivas 8 de sus cláusulas y tras admitir la
aerolínea que debe cambiar su atención al cliente.
Las acciones de Ryanair han
acumulado estas dos últimas jornadas un descenso del 4,5 por ciento, en un año
en el que la aerolínea irlandesa ha tenido que lanzar un aviso de que no iba a
poder cumplir su previsión de beneficios, entre dudas sobre la fuerza de su
modelo a largo plazo.
La revista Preferente ya alertó
en su pasada edición de marzo sobre los problemas de Ryanair con su modelo, que
le habían obligado a reconocer públicamente la necesidad de un viraje en su
estrategia al constatar que se habían ralentizado en los dos últimos años los
enormes crecimientos anuales, en dos dígitos, en la cifra de pasajeros, por lo
que se iba a enfocar a intentar subir la tarifa media para así tratar de mantener
importantes incrementos en ingresos.
El éxito de este cambio suscitaba
grandes dudas entre los expertos del sector aéreo, ante la mala imagen de marca
que se ha ganado Ryanair, que reveló su intención de apostar por el corporativo
como un nicho de clientes a los que subir el precio medio del billete, aún
basando su oferta en aeropuertos secundarios.
En mayo, preferente.com descubrió
que fueron los ingresos que no provienen de la mera venta de billetes de avión
los que mantuvieron el ebit de Ryanair en su ejercicio fiscal que termina en
marzo de 2013, periodo en el que registró un beneficio antes de impuestos de
650 millones de euros, frente a 633 millones de un año antes contando atípicos,
una diferencia del 2,6 por ciento.
En agosto, el presidente de
Ryanair, Michael O’Leary, dijo que “queremos trabajar con agentes de viajes”,
después de que la low cost irlandesa se haya caracterizado por despreciar el
trabajo de las minoristas hasta el punto de emitir comunicaciones aconsejando
al cliente que evitase a las agencias.
En septiembre, Ryanair perdió mil
millones de su valor en Bolsa tras anunciar una rebaja de su previsión de
beneficio que alarmó a los mercados ante las dudas sobre su modelo, en un
entorno donde se han disparado las low cost más amables como Vueling o Easyjet.
El otoño también ha traído
jaquecas a Ryanair, con el varapalo judicial que se llevó este jueves en una
sentencia que anulaba por abusivas ocho de sus cláusulas, entre ellas la de
cobrar 40 euros por la tarjeta de embarque, a la que sucedió este viernes el reconocimiento
por parte de la compañía de que deben cambiar sus políticas para tratar mejor
al cliente, perdiendo una de sus claras señas de identidad.
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