Deuda pública, ¿un problema?: Hogares y empresas deben casi dos billones de euros
Seis años después de comenzar la
crisis, la deuda de hogares y empresas españoles se habrá reducido a 1,8
billones de euros, un 188% del PIB, unos cientos de miles de millones menos que
al inicio de la primera recesión. Sin embargo, la deuda de las administraciones
públicas rondará el próximo año el billón de euros, un 98,9% del PIB, cuando en
2007 apenas superaba el 36,3%, algo más de 350.000 millones.
Según el Fondo Monetario
Internacional (FMI), éste uno de los principales, si no mayor, problemas de
España. El ratio de deuda de las empresas españolas sobre su Ebitda ronda el
5,5, un nivel excesivamente superior al 3 que marca la frontera entre la
solvencia y la insolvencia, informa Pablo Pardo.
Existe la creencia de que lo
público gestiona peor los recursos que el sector privado, que se juega sus
bienes. Sin embargo, un estudio de la Oficina Nacional de Investigación
Económica estadounidense (NBER, por sus siglas en inglés) publicado ayer señala
al endeudamiento privado como el gran culpable de la crisis. [Lea el estudio]
Para ello, NBER, organismo que
determina cuando EEUU entra en recesión, ha analizado la evolución económica de
17 países desarrollados entre 1870 y 2011.
"A priori, muchos
economistas podrían señalar al sector público, donde los fallan los incentivos
para los políticos y el problema de un fondo común pueden provocar una
financiación imprudente con deuda. Se asume, por el contrario, que los hogares
y las empresas privadas actúan iluminados por su interés propio, ponen "su
piel en el juego" y pueden ser entendidos como 'adultos
consecuentes'", afirma el documento en su prólogo.
Sin embargo, la conclusión del
estudio es que ha sido el excesivo endeudamiento privado el culpable de muchas
crisis del último siglo, aunque la deuda pública agrave después el problema. No
obstante, matiza que han sido las fallas en la regulación del sistema
financiero lo que han provocado estos desequilibrios.
La deuda de los hogares españoles
sumó en agosto 806.065 millones de euros, mientras que las empresas no
financieras debían otros 1.078.841 millones. Es decir, entre ambos deben 313
billones de las antiguas pesetas.
Este 188% de deuda privada sobre
el PIB contrasta con el ratio del 88% de 1990 y el 133% del año 2000, según otro
informe de la consultora McKinsey.
"Algunos países se han visto
sobrepasados por los costes de limpiar el sistema bancario y se han visto
obligados a pedir rescates", explica el NBER antes de señalar
explícitamente a Irlanda y España. Este último solicitó a Europa el pasado año
una línea de crédito de 100.000 millones para sanear sus bancos. Así, ahora la
deuda pública ha alcanzado el 92,6% del PIB.
En otros países, como Italia y
Portugal, fue la deuda pública el agravante de la crisis. Cuando se deterioró
la economía, la excesiva exposición de sus bancos con la compra de bonos
soberanos provocó su crisis, algo que NBER tacha de "bucle
diabólico".
Interacción entre las dos deudas
"Los 'booms' de crédito
privado, no los 'booms' de deuda pública, son los precursores principales de la
inestabilidad financiera", señala NBER. "El endeudamiento privado es
fuertemente procíclico mientras que la deuda pública es usualmente
anticíclica", añade.
Así, mientras que el nivel de
sobreendeudamiento privado "determina la profundidad de la recesión y la
velocidad de recuperación", la deuda pública se asocia a "recesiones
dolorosas y recuperaciones más lentas". Es decir, el sobreendeudamiento
público al estallar la crisis determina el margen de maniobra del Gobierno para
superarla.
"La idea de que las crisis
financieras tienen típicamente sus raíces en problemas fiscales no está apoyada
por la historia", concluye.
La lección española
La deuda pública de este país se
ha disparado del 36% en 2007 a casi el 100% el próximo año porque "lo que
empezó como una crisis bancaria conducida por el colapso de la burbuja
inmobiliaria derivó rápidamente en una crisis de deuda soberana".
La lección de este episodio y del
irlandés es, según NBER, que "no había casi nada en los indicadores de las
finanzas públicas que señalasen la catástrofe inminente". "La
acumulación de riesgos financieros se produjo principalmente en los balances
privados", indica.
La lección mundial
El estudio recoge que el
endeudamiento público superó el 100% del PIB de gran número de países por la
Segunda Guerra Mundial, aunque rápidamente bajó en la década de los cincuenta
hasta el 30% y 40%. Sin embargo, este ratio volvió a dispararse a partir de los
setenta hasta los niveles récord previos a la crisis.
Sin embargo, uno de los puntos
más interesantes es que el ratio de activos de la banca sobre el PIB, lo que
incluye préstamos tóxicos, triplicaba en 2007, antes de la actual crisis, al de
1928, el año previo a la Gran Depresión. Sanear una banca atrapada por estos
'activos basura' ha provocado parte del endeudamiento público actual.
Un ejemplo, en 1928 la deuda
pública de EEUU equivalía al 18% del PIB y los activos de la banca al 74%. En
2007, el endeudamiento suponía el 65% del PIB y los activos un 98%.
Sin embargo, el problema es más
visible en Reino Unido, donde los activos de la banca sumaban un 305% del PIB
frente al 44% de la deuda pública; en Alemania, donde los ratios eran del 250%
y 65%, respectivamente; o Italia, donde los activos de la banca sumaban un 166%
del PIB frente al 103% de la deuda pública.
En el caso de España, por
curiosidad histórica, los activos de la banca sumaban un 23% del PIB en 1928 y
la deuda pública un 61%. En 2007, los activos financieros equivalían al 103%
del PIB y la deuda pública al 36%.
Las lecciones
Salvo en el caso de Grecia,
considerado especial por el estudio, "los efectos negativos de un alto
endeudamiento público surgen específicamente después de crisis financieras",
señala el NBER.
El organismo advierte de que las
lecciones extraidas de esta "Gran Recesión" deberán servir para
regular el crédito privado en el futuro con una normativa y una supervisión más
estricta. Respecto a la deuda pública, espera que los países fijen futuros
márgenes de endeudamiento para hacer frente a nuevas épocas de austeridad.
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