Nicolás Maduro ordenó a sus ministros que se incorporen a las milicias

El presidente venezolano pidió a los funcionarios que se sumen a los cuerpos de civiles en armas para lograr su objetivo que reunir 500.000 milicianos en 2015

    

 

Maduro requiere la ayuda de los ministros para aumentar el número de milicianos.

 

CARACAS.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó a sus ministros que se incorporen a los cuerpos de civiles en armas (milicias), que aspira a llevar a 500.000 integrantes en 2015, para que puedan "defender la soberanía y el derecho a la paz" del país.

"Voy a ordenar en el próximo Consejo de Ministros que todos nuestros ministros y ministras se incorporen como milicianos y milicianas de los cuerpos combatientes", adelantó ayer Maduro desde el Cuartel de la Montaña, donde reposan los restos del ex mandatario Hugo Chávez, quien falleció el pasado 5 de marzo.
El plan de integrar a los ministros entre las filas de los civiles armados es parte de un plan más abarcativo. "A nosotros el 2015 nos tiene que amanecer con 500.000 milicianos y milicianas ya en fila, y al 2019, como lo he aprobado hoy, debemos llegar a un millón de milicianos para el fortalecimiento de la Milicia Nacional Bolivariana", aventuró Maduro.
Durante su discurso, Maduro reiteró -como suele hacer- que Venezuela enfrenta una "guerra económica" y sostuvo que en las Fuerzas Armadas "hay suficiente fuerza moral para aguantar las embestidas", al tiempo que abogó por una mayor profesionalización de los milicianos. "Todos tienen que tener su uniforme, sus equipos, su armamento, su orientación", indicó.
La Milicia Bolivariana, creada en 2005 por Chávez, participa de distintas tareas en defensa de la revolución bolivariana y recientemente el Gobierno dispuso que los milicianos se desplieguen en los supermercados para reforzar la atención a los clientes y controlar los precios.
La milicia está conformada por civiles armados y alberga en su interior a la "milicia territorial" -definida como el "pueblo en armas"- y a los "cuerpos combatientes", integrados por miembros de instituciones públicas, universidades o empresas. Sus detractores, en cambio, la llaman "guardia pretoriana" y critican que su creación militarizó a la sociedad.