Guerra fría entre Fomento e Industria sobre el futuro de Iberia y Barajas
El diagnóstico es unánime pero el
tratamiento empieza a resultar contradictorio. El Gobierno sospecha que la
estrategia de International Airlines Group (IAG) en Iberia consiste claramente
en hibernar la filial española hasta que no se cierre un acuerdo favorable con
los sindicatos. Un desafío para el futuro de la supuesta compañía española de
bandera que puede llevarse por delante las expectativas de Barajas como centro
neurálgico para la conectividad de España con el resto del mundo.
La batalla por mantener el status
quo de Iberia está perdida, entre otras razones porque tras las ventas
accionariales de Bankia y El Corte Inglés ya no existe una posición patrimonial
que sirva de escudo para proteger los intereses patrios. Distinto es lo que
pueda dar de sí el pulso en aquello que afecta al hub del aeropuerto de Madrid
porque nadie está dispuesto a tirar la toalla en la defensa de un bastión clave
para la recuperación económica y la imagen de marca de todo el país.
El consejero delegado de la
aerolínea de bandera británica british airways, willie walshLa cuestión reside
en definir un plan realmente efectivo para frenar las ambiciones ‘gibraltareñas’
de Willie Walsh en el mercado interior de transporte aéreo. El ministro de
Industria, José Manuel Soria, se inclina por una posición más beligerante que
apela a la denominada “Quinta Libertad” comunitaria para subastar al mejor
postor los derechos de tráfico aéreo del Reino de España. Una carta que viene a
ser un extraordinario as en la manga del Gobierno para estimular la competencia
en Barajas de las grandes aerolíneas de China y Oriente Próximo.
El órdago lanzado por el
responsable de la política industrial ha sido encajado con cierta apatía en los
cuarteles generales de IAG en Londres. A 3.000 kilómetros de distancia es más
fácil reconvertir empresas por la tremenda y los directivos británicos prefieren
considerar la amenaza como si se tratara de un simple farol, lógico viniendo de
unos gobernantes que necesitan poner en valor su acción política y sacar pecho
una vez espantado el fantasma de la recesión.
Disparar tres pájaros de un tiro
A la que no le ha sentado nada
bien la jugada es a la titular de Fomento, Ana Pastor, convencida de que
existen otras vías menos agresivas e igual de persuasivas para hacer entrar en
razón al patrón irlandés de Iberia. La encargada de regular el transporte aéreo
en España no quiere ceder a su colega la mano en esta partida y maneja otros
supuestos triunfos que considera determinantes para bajar las ínfulas de Walsh.
La ministra espera que su apuesta sirva de paso para apaciguar los ánimos de
Ignacio González en su gallardo y preocupado papel como presidente de la
Comunidad de Madrid y directo custodio del aeropuerto de Barajas.
El Ministerio de Fomento ha
lanzado su particular envite con el anuncio de un plan de incentivos para las
aerolíneas que acrediten registros más favorables en sus tráficos aéreos a lo
largo de 2014. Los premios consistirán en bonificaciones de un 50% en las tasas
aeroportuarias de todas aquellas rutas nacionales e internacionales con origen
o destino en cualquier aeropuerto de la red nacional de Aena. La oferta se
extenderá incluso al ejercicio siguiente
de 2015, si bien la reducción durante este segundo año será del 25%.
Vista exterior de la t4 de
barajas (efe)La medida ha sido recibida con el natural alborozo por los
gestores de todos esos aeropuertos que atraviesan un momento especialmente
lánguido dado el efecto de la crisis en el mercado de transporte aéreo. El plan
es el más importante adoptado hasta la fecha en Europa y se inscribe dentro de
la estrategia de privatización de Aena en la que trabaja desde hace meses el
equipo directivo que preside José Manuel Vargas.
En medios oficiales consideran
que Ana Pastor trata de disparar tres pájaros de un tiro porque no sólo
pretende hacer ruido para despertar a Barajas de su letargo, apurando al mismo
tiempo la generación de negocio de cara a la OPV del operador aeroportuario. En
última instancia, la nueva temporada fantástica de rebajas en Aena es un guante
tendido para ilusionar a Iberia en el manejo de sus relaciones laborales con
todos los sindicatos de clase y los pilotos del Sepla.
Antonio Vázquez y Luis Gallego,
máximos responsables españoles de la aerolínea, confían en cerrar un acuerdo
con los representantes laborales antes de que IAG comparezca el próximo 15 de
noviembre ante los inversores internacionales. La compañía holding nacida de la
fusión con British Airways aprovechó hace ahora un año su Investor Day para
desenterrar el hacha de guerra con la presentación del Plan de Transformación
de Iberia.
Fue entonces, el 9 de noviembre de
2012, cuando Willie Walsh dio por concluido el recreo en Iberia para poner en
marcha el mayor ajuste estructural de la compañía. El conflicto se ha saldado
con un recorte de plantilla de más de 3.000 trabajadores, de los que casi 1.800
ya han abandonado la empresa. Pero con todo y con eso la cuenta de resultados
sigue mostrando números rojos de casi 500 millones de euros, de los que 150
corresponden precisamente a los costes de reestructuración.
Alea jacta est para Iberia
El hombre del rostro impenetrable,
como definen a Walsh en medios gubernamentales, ha decidido que la vieja
compañía de bandera tendrá que amoldarse a la era del ‘low cost’ si quiere
sobrevivir en un mercado liberalizado, donde es imposible concurrir sin una
estructura eficiente de costes. La época de las subvenciones públicas hace
tiempo que pasó a la historia y en el mundo globalizado está prohibido volar
con las muletas del Estado.
La compra hace unos meses de Vueling por IAG dictó la sentencia de
Iberia, pero la condena dependerá de la capacidad para involucrar a los
sindicatos en un Plan de Futuro que ahora está siendo ultimado entre Madrid y
Londres. UGT y CC.OO han demostrado su talante negociador al frente de todos
los colectivos de tierra y tripulantes de cabina. Falta ahora que el Sepla
defina una posición negociadora que estuvo a punto de traducirse en un acuerdo
definitivo el pasado mes de junio.
Realmente lo que está en juego
para los pilotos es el fuero más que el huevo o, dicho de otra forma, la
posibilidad de garantizar el célebre Anexo X del convenio a fin de dar lustre a
la compañía española con los mismos galones que luce British Airways en el
Reino Unido. Las bonificaciones de las tasas son un buen lubricante para
engrasar las negociaciones y si Walsh reconoce los esfuerzos de sus distintos
interlocutores españoles, incluyendo sus propios directivos, es muy factible
que el pacto se rubrique en las próximas semanas.
El objetivo se resume en asegurar
que Iberia representa para el hub de
Madrid lo mismo que Vueling para el de Barcelona. Lógicamente eso pasa
por una recuperación de Iberia Express como heredera pobre de la antigua
compañía española de bandera. Destronada la que fuera aerolínea mayor del Reino,
lo que importa ahora es salvar la gran joya de la corona que está en el
Aeropuerto Internacional de Barajas.
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