Madrid-Barajas, único aeropuerto que cobra por los carritos, no sabe qué hacer contra su mafia de 'gorrillas'
De todos los aeropuertos que en principio iban a aplicar la medida de cobrar un euro por carrito, finalmente sólo el madrileño lo hace. Esto ha dado pie, entre otros inconvenientes, a una auténtica mafia de los llamados 'gorrillas' que acaparan el servicio de modo fraudulento.
La decisión de cobrar por los carritos ha dado paso a la actuación poco ortodoxa de muchos 'trabajadores' fraudulentos - Foto Flickr/Daniel Burgui
El fenómeno de los 'gorrillas' no es exclusivo de los aparcamientos de hospitales y lugares concurridos. Prueba de ello pueden dar los trabajadores y pasajeros que han pasado por el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y que han visto cómo diferentes grupos de personas monopolizan un servicio de portaequipajes de manera fraudulenta, generando, en ocasiones, importantes altercados.
Esta situación, según denuncian desde el sindicato CSIF-Aena, se viene produciendo desde que el operador aeroportuario decidiera poner en marcha el plan Barajas 100, que recoge una serie de medidas para mejorar la experiencia del pasajero durante su estancia en el aeropuerto madrileño. Entre esas actuaciones destacaba la de empezar a cobrar un euro por el uso de los carritos portaequipajes, un desembolso que, contrariamente a lo que pueda pasar con los carritos de los supermercados, no se devuelve al abandonar el mismo.
Aena anunciaba esta medida en marzo de 2013, cuando explicaba que se aplicaría en los aeropuertos de Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Málaga, Palma de Mallorca, Gran Canaria, Tenerife Sur y Alicante. Finalmente, sólo los usuarios de la instalación madrileña pagarán por ese servicio -según confirmaba esta semana el Ejecutivo en respuesta a una pregunta del senador Domingo Fuentes Curbelo-. No se instalará en el resto de aeródromos y Aena defiende que genera un ahorro de 3,2 millones de euros, reduciendo los costes de gestión y mantenimiento de 3,7 millones anuales a 500.000 euros.
Sin embargo, esta iniciativa ha sido cuestionada por los sindicatos y por los usuarios, que además han visto la principal consecuencia de la misma: apenas unos meses después de empezar a aplicarse se instalaba en el aeródromo madrileño toda una mafia de 'gorrillas' que vieron en este sistema una manera de ganar dinero. Según denunciaba CCOO en agosto de 2013, estos trabajadores ilegales han originado conflictos laborales y sociales con los propios trabajadores contratados para el servicio, generan disputas airadas e incluso molestan a los ususarios. "No se trata de algún indigente aislado que malvive en el aeropuerto, aquí hay negocio. Los empleados refieren amenazas y se viven situaciones tensas todos los días", decía un responsable de empleo de Madrid del sindicato.
La forma de trabajar de estos 'gorrillas' es variada, aunque principalmente se reduce a dos opciones: o bien fuerzan los carritos para recuperar las fichas que posteriormente venden a los pasajeros a un precio superior al del euro fijado, o directamente ofrecen insistentemente el carrito que ellos mismos han 'alquilado' a los viajeros para hacer los servicios de portaequipajes reclamando luego un precio también superior. Es decir, pagan un euro a primera hora y el resto del día pueden 'ejercer' bajo la 'tarifa' que decidan.
"Entre ellos mismos se pelean, discuten por los sitios donde se ponen y a veces destinan lindezas e improperios a las mujeres, sin que puedas decir nada ni llamarles la atención porque a la más mínima que digas se juntan en grupo y te la montan a gritos, con amenazas incluidas como 'no te metas', 'tú sigue por tu camino', 'a callar que esto a ti no te importa', etc.", denuncian desde CSIF-Aena, y añaden que esta mafia tiene sus propias reglas y turnos, ya que a veces cuando llegan a una determinada ganancia se marchan para dejar paso a otro 'compañero'.
Esto también ha provocado problemas como el exceso de carga de los carritos por parte de los usuarios que no quieren pagar más de un euro y apilan sus maletas de modo que en ocasiones se han formado tapones en las rampas mecánicas o incluso lesiones entre pasajeros que han reclamado la atención de los servicios médicos, según explica el sindicato .
Este modo de actuar y los problemas generados han provocado que incluso el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) se haya quejado de la situación. En el mes de junio la Confederación Española de Policía (CEP) denunciaba esta problemática ante el Consejo de la Policía, ya que consideraban que los funcionarios del CNP dedicaban esfuerzos a resolver los problemas de las contratas que tienen adjudicadas los carritos y embalajes de las maletas -en el caso de los primeros era Clece- respecto al uso que se estaba danto de los mismos por parte de los 'gorrillas'. Es decir, que los agentes destinados en el aeropuerto no tenían por qué actuar por el interés particular de complacer a una compañía como Aena, ya que esas no son sus funciones.
"Tras la denuncia, desde la Dirección Adjunta Operativa se dieron instrucciones para que el CNP no dedique esfuerzos a un asunto que no le compete e incluso es denigrante para las funciones y competencias que tiene asignadas el CNP. Este es un problema de Aena que ella misma debe resolver", explica a Vozpópuli el secretario de Acción Sindical de la CEP en Madrid, Víctor M. Vigil, quien señala que lo que ocurre es que en ocasiones los vigilantes de seguridad reclaman la presencia policial por las amenazas que reciben de los 'gorrillas'.
No están mejor sus compañeros de Policía Municipal de Madrid, quienes recibían las denuncias de material requisado derivadas del CNP y quienes se sienten atados de manos ante estos trabajadores ilegales, ya que carecen de los medios para actuar. Los agentes también se habrían negado a intervenir para solucionar problemas para los que no tienen competencias. Para solucionarlo, según indican desde CSIF-Aena, el gestor aeroportuario debería cambiar la legislación para atribuirles estas funciones.
Pese a que desde Aena se ha manifestado su predisposición para intentar atajar este problema, los sindicatos consideran que no se ha hecho lo suficiente, ya que una de las primeras medidas que debería tomarse sería cambiar la legislación para que la Policía Municipal pudiera actuar contra los 'gorrillas', con base legal para detenciones o multas administrativas. Sin embargo, Aena ha empezado por comprar 800 carritos nuevos -que aún están almacenados y de los cuáles no ha trascendido su precio-.
"Lo más sangrante de este "sistema" es que de las 5.000 fichas para los carros que se pusieron en circulación en un principio sólo queda un 10% -unas 500-, y las 4.500 restantes se mueven en un mercado negro entre empleados, taxistas, vehiculos de gran turismo, la mafia de los 'gorrillas' y algunas que no se saben dónde están. ¿En qué aeropuerto europeo se puede ver que ocurra algo así? Esto da una mala imagen terrible... Además, ¿por qué sólo los usuarios del aeropuerto madrileño tenemos que pagar por este servicio? ¿No es esto un agravio comparativo?", cuestionaba un portavoz del sindicato.
Esta situación, según denuncian desde el sindicato CSIF-Aena, se viene produciendo desde que el operador aeroportuario decidiera poner en marcha el plan Barajas 100, que recoge una serie de medidas para mejorar la experiencia del pasajero durante su estancia en el aeropuerto madrileño. Entre esas actuaciones destacaba la de empezar a cobrar un euro por el uso de los carritos portaequipajes, un desembolso que, contrariamente a lo que pueda pasar con los carritos de los supermercados, no se devuelve al abandonar el mismo.
Aena anunciaba esta medida en marzo de 2013, cuando explicaba que se aplicaría en los aeropuertos de Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Málaga, Palma de Mallorca, Gran Canaria, Tenerife Sur y Alicante. Finalmente, sólo los usuarios de la instalación madrileña pagarán por ese servicio -según confirmaba esta semana el Ejecutivo en respuesta a una pregunta del senador Domingo Fuentes Curbelo-. No se instalará en el resto de aeródromos y Aena defiende que genera un ahorro de 3,2 millones de euros, reduciendo los costes de gestión y mantenimiento de 3,7 millones anuales a 500.000 euros.
Sin embargo, esta iniciativa ha sido cuestionada por los sindicatos y por los usuarios, que además han visto la principal consecuencia de la misma: apenas unos meses después de empezar a aplicarse se instalaba en el aeródromo madrileño toda una mafia de 'gorrillas' que vieron en este sistema una manera de ganar dinero. Según denunciaba CCOO en agosto de 2013, estos trabajadores ilegales han originado conflictos laborales y sociales con los propios trabajadores contratados para el servicio, generan disputas airadas e incluso molestan a los ususarios. "No se trata de algún indigente aislado que malvive en el aeropuerto, aquí hay negocio. Los empleados refieren amenazas y se viven situaciones tensas todos los días", decía un responsable de empleo de Madrid del sindicato.
La forma de trabajar de estos 'gorrillas' es variada, aunque principalmente se reduce a dos opciones: o bien fuerzan los carritos para recuperar las fichas que posteriormente venden a los pasajeros a un precio superior al del euro fijado, o directamente ofrecen insistentemente el carrito que ellos mismos han 'alquilado' a los viajeros para hacer los servicios de portaequipajes reclamando luego un precio también superior. Es decir, pagan un euro a primera hora y el resto del día pueden 'ejercer' bajo la 'tarifa' que decidan.
"Entre ellos mismos se pelean, discuten por los sitios donde se ponen y a veces destinan lindezas e improperios a las mujeres, sin que puedas decir nada ni llamarles la atención porque a la más mínima que digas se juntan en grupo y te la montan a gritos, con amenazas incluidas como 'no te metas', 'tú sigue por tu camino', 'a callar que esto a ti no te importa', etc.", denuncian desde CSIF-Aena, y añaden que esta mafia tiene sus propias reglas y turnos, ya que a veces cuando llegan a una determinada ganancia se marchan para dejar paso a otro 'compañero'.
Esto también ha provocado problemas como el exceso de carga de los carritos por parte de los usuarios que no quieren pagar más de un euro y apilan sus maletas de modo que en ocasiones se han formado tapones en las rampas mecánicas o incluso lesiones entre pasajeros que han reclamado la atención de los servicios médicos, según explica el sindicato .
La Policía también lo ha denunciado
Este modo de actuar y los problemas generados han provocado que incluso el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) se haya quejado de la situación. En el mes de junio la Confederación Española de Policía (CEP) denunciaba esta problemática ante el Consejo de la Policía, ya que consideraban que los funcionarios del CNP dedicaban esfuerzos a resolver los problemas de las contratas que tienen adjudicadas los carritos y embalajes de las maletas -en el caso de los primeros era Clece- respecto al uso que se estaba danto de los mismos por parte de los 'gorrillas'. Es decir, que los agentes destinados en el aeropuerto no tenían por qué actuar por el interés particular de complacer a una compañía como Aena, ya que esas no son sus funciones.
"Tras la denuncia, desde la Dirección Adjunta Operativa se dieron instrucciones para que el CNP no dedique esfuerzos a un asunto que no le compete e incluso es denigrante para las funciones y competencias que tiene asignadas el CNP. Este es un problema de Aena que ella misma debe resolver", explica a Vozpópuli el secretario de Acción Sindical de la CEP en Madrid, Víctor M. Vigil, quien señala que lo que ocurre es que en ocasiones los vigilantes de seguridad reclaman la presencia policial por las amenazas que reciben de los 'gorrillas'.
No están mejor sus compañeros de Policía Municipal de Madrid, quienes recibían las denuncias de material requisado derivadas del CNP y quienes se sienten atados de manos ante estos trabajadores ilegales, ya que carecen de los medios para actuar. Los agentes también se habrían negado a intervenir para solucionar problemas para los que no tienen competencias. Para solucionarlo, según indican desde CSIF-Aena, el gestor aeroportuario debería cambiar la legislación para atribuirles estas funciones.
Una imagen pésima
Pese a que desde Aena se ha manifestado su predisposición para intentar atajar este problema, los sindicatos consideran que no se ha hecho lo suficiente, ya que una de las primeras medidas que debería tomarse sería cambiar la legislación para que la Policía Municipal pudiera actuar contra los 'gorrillas', con base legal para detenciones o multas administrativas. Sin embargo, Aena ha empezado por comprar 800 carritos nuevos -que aún están almacenados y de los cuáles no ha trascendido su precio-.
"Lo más sangrante de este "sistema" es que de las 5.000 fichas para los carros que se pusieron en circulación en un principio sólo queda un 10% -unas 500-, y las 4.500 restantes se mueven en un mercado negro entre empleados, taxistas, vehiculos de gran turismo, la mafia de los 'gorrillas' y algunas que no se saben dónde están. ¿En qué aeropuerto europeo se puede ver que ocurra algo así? Esto da una mala imagen terrible... Además, ¿por qué sólo los usuarios del aeropuerto madrileño tenemos que pagar por este servicio? ¿No es esto un agravio comparativo?", cuestionaba un portavoz del sindicato.
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