LA Historia de IATA – The International Air Transport Association

 



IATA – International Air Transport Association – fue fundada en La Habana, Cuba, en abril de 1945. Este organismo es el primer vehículo para la cooperación entre las aerolíneas en la promoción de servicios de transporte aéreo seguro, confiable  y económico  para el beneficio de los consumidores del mundo.  La industria internacional del transporte aéreo regular es ahora más de 100 veces más grande que la de 1945. Pocas industrias pueden igualar el dinamismo de ese crecimiento, lo que habría sido mucho menos espectacular sin las normas, prácticas y procedimientos desarrollados dentro de la IATA.
En su fundación, la IATA contó con 57 miembros de 31 naciones, principalmente de Europa y Estados Unidos. En la actualidad, son unos 230 miembros de 126 países en todo el mundo los que la integran.
La IATA moderna es la sucesora de la Asociación de Tráfico Aéreo Internacional fundada en La Haya en 1919,  año de la primera internacional en el mundo los servicios regulares.
Su historia
Los servicios aéreos no cesaron inmediatamente con el estallido de la Segunda Guerra mundial pero pronto se vieron grandemente reducidos o totalmente suprimidos a medida que el conflicto aumentaba en extensión y ferocidad. En los países beligerantes las líneas aéreas se integraron en los servicios militares o se pusieron al servicio de las autoridades. En cuanto a las naciones neutrales, las etapas iniciales de la guerra fueron a menudo una fuente de ingresos considerable pero a medida que se fue extendiendo el conflicto, las condiciones se hicieron más difíciles y a todos los efectos la aviación civil cesó sus actividades.
Sin embargo, el transporte aéreo no desapareció totalmente de la memoria de la gente. Los representantes de las potencias aliadas en Londres empezaron a pensar en el futuro transporte aéreo de la Posguerra ya en 1942, cuando nadie estaba seguro de cuándo iba a terminar el conflicto.  La IATA, basada todavía teóricamente en La Haya, abrió una oficina provisional en Londres y el Secretario General Dr. Goedhuis, pudo unirse a la oficina después de escapar de unos Países Bajos ocupados.
Los acontecimientos cobraron un nuevo impulso a fines de 1944, cuando los gobiernos aliados y no beligerantes celebraron la Conferencia Internacional de Aviación Civil en Chicago. Esta conferencia organizó la base del transporte aéreo de Posguerra y creó el sucesor de la Comisión Internacional de Navegación Aérea. Los delegados en la conferencia de Chicago comprendieron que si iba a reconstituirse la ICAN de antes de la guerra para aumentar su ámbito en una nueva organización intergubernamental,  la Organización de Aviación Civil Internacional, era fundamental que se creara una nueva IATA para mantener la tradición de la vieja organización y enfrentarse a los retos de una nueva era. Los gobiernos no podían sentar las leyes para la industria sin la aportación de conocimientos especializados de los explotadores de aviones a los que iría dirigido este régimen.
Los representantes de las líneas aéreas celebraron su propia reunión en Chicago en diciembre de 1944, paralelamente con las  reuniones intergubernamentales. Asistieron 35 transportistas de Europa, Norteamérica, Sudamérica, Asia y Australia. La junta encargó a un grupo de delegados la redacción de los estatutos de la asociación para crear una nueva organización de líneas aéreas de alcance mundial.
La reunión de la Habana
Dicha labor fue realizada rápidamente y se convocó a las líneas aéreas interesadas a reunirse en La Habana para examinar el proyecto de estatutos en abril de 1945. Presididos por el Dr. Luis Machado de la empresa cubana Expreso Aéreo Inter-Americano, los 57 delegados de las líneas aéreas procedentes de 31 países constituyeron la Asociación del Trasporte Aéreo Internacional. Se creó un primer Comité ejecutivo con lo que la organización se puso en marcha.
En septiembre de 1945, se habían sentado ya los cimientos administrativos y, con cierta nostalgia, se disolvió la asociación que había existido antes de la guerra. John C. Cooper de Pan American fue nombrado Presidente del Comité Ejecutivo y director general en funciones, mientras el Dr. L. C. Tombs, de nacionalidad canadiense, fue nombrado Secretario Provisional de la sociedad. Habían solicitado el ingreso un total de 60 compañías, 42 de ellas de servicios internacionales.
La sede de la Asociación se fijó en Montreal, principalmente para facilitar las comunicaciones con la OACI, que estaba basada también en dicha ciudad canadiense. Como el Comité Ejecutivo había creado ya cuatro comités permanentes: el Comité de Finanzas, el Comité Jurídico, el Comité Técnico y el Comité de Tráfico, el reducido personal de la IATA puso manos a la obra pensando en los numerosos problemas que se plantearían al reanudarse el transporte aéreo civil.
 
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IATA – The International Air Transport Association


Primera junta
La primera Junta General Anual de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional, celebrada en Montreal en octubre de 1945, remató el trabajo preliminar de la organización. Sir William P. Hildred, en aquel entonces director general de Aviación Civil de Gran Bretaña, fue nombrado director general, a partir de abril de 1946. Al Dr. Tombs se unieron en Montreal Stanislas Krzyczkowski y el Dr. H. Gorecki, ambos anteriormente empleados de la línea aérea polaca LOT y los tres fueron confirmados en sus puestos de secretario, director técnico y tesorero, respectivamente.
En diciembre de 1945 el Parlamento canadiense ratificó la constitución de la IATA con lo que terminó la fase organizativa.
La nueva asociación no tenía un vínculo jurídico directo con la antigua, pero era la heredera de sus principios, sus problemas y su experiencia. La diferencia importante entre las dos era que la vieja IATA pudo empezar modestamente y crecer gradualmente, mientras que la nueva asociación debía desempeñar ya desde un principio tareas de alcance mundial.
La experiencia anterior a la guerra se había basado principalmente en las exigencias de las líneas aéreas europeas, que debían integrarse rápidamente con las prácticas de Norteamérica, región de la que procedía una elevada proporción de miembros de la nueva IATA. Otro elemento nuevo fue el interés acrecentado de los gobiernos por los servicios aéreos. La asociación de Posguerra estaba obligada a ser más sistemática en su organización y necesitaba una infraestructura mayor para tratar los asuntos de su competencia.
Objetivos de IATA
Estos objetivos se reflejaban en los nuevos estatutos, que contenían una definición más precisa:
- Promover el transporte aéreo seguro, regular y económico en beneficio de los pueblos del mundo.
- Fomentar el comercio por vía aérea y estudiar los problemas conexos.
- Ofrecer los medios para la colaboración entre las empresas de transporte aéreo dedicadas directa o indirectamente al servicio internacional.
- Cooperar con la Organización de Aviación Civil Internacional y otras organizaciones internacionales.
La Junta General siguió siendo la depositaria de la autoridad suprema de la IATA, pero tuvo que ser reorganizada para poder hacer frente al funcionamiento de una organización mucho mayor. Por ello se confió al Comité Ejecutivo la dirección de los asuntos de la IATA. El mayor volumen de trabajo administrativo fue reconocido con la creación de funcionarios ejecutivos dentro de la secretaría; también se previó la creación de oficinas regionales.
Debe destacarse una importante analogía entre la vieja y la nueva IATA: se mantuvo el concepto de asociación libre. A condición de que una empresa de transporte aéreo estuviera autorizada por su gobierno para explotar servicios regulares y que el país reuniera las condiciones exigidas para ingresar en la OACI, no podría negársele el ingreso en la Asociación.

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