La ingeniería fiscal de las multinacionales entra en el Congreso
Las estratagemas legales que utilizan las grandes empresas
para pagar menos impuestos se han colado en la agenda del Congreso de los
Diputados, que debatirá mañana un plan de acción para asegurar el cumplimiento
de las obligaciones fiscales de las empresas multinacionales. La iniciativa,
registrada por el grupo socialista a finales de año pasado, ha sido rescatada
al calor de los últimos debates a ambos lados del Atlántico.
A la comparecencia del consejero delegado de Apple, Tim Cook
la semana pasada en el Senado de EE UU para explicar sus prácticas fiscales
intragrupo, se sumaron los acuerdos de la última cumbre europea. Los 27
gobiernos de la UE se comprometieron a acelerar la tramitación de los proyectos
de directivas que buscan atajar la “planificación fiscal agresiva y el traslado
de beneficios” por parte de las multinacionales a las jurisdicciones de la UE
más benevolentes.
En la misma línea discurre la proposición no de ley que se
debatirá mañana en el Congreso, que incide en que el Gobierno “debería calcular
la brecha fiscal que mide la diferencia entre lo que pagan los contribuyentes y
lo que deberían pagar de acuerdo a la ley, y qué parte de dicha brecha
corresponde a las prácticas agresivas de las multinacionales”.
La necesidad de ingresos por parte de los Estados ha provocado
un resucitado interés por ajustar estás prácticas de las empresas. En España la
recaudación por el impuesto de sociedades ha caído un 60% desde el año 2007.
Para mejorar su factura fiscal, las multinacionales con presencia en varios
Estados europeos, como Apple, Google o Microsoft, explotan los resquicios
legales mediante complejas estructuras societarias y engranajes de filiales en
países con regímenes fiscales más favorables donde trasladar sus beneficios. En
Irlanda, por ejemplo, el tipo del impuesto de sociedades es del 12,5%, mientras
que España mantiene un 30%.
Cláusulas anti-abuso
La armonización de la base imponible del impuesto de
sociedades en todo el territorio de la UE es una vieja aspiración de Bruselas
que ha vuelto ahora a tomar impulso. Las propuestas del grupo socialista
incluyen además la introducción de cláusulas anti-abuso en la legislación
española para penalizar la planificación fiscal agresiva.
En línea también con la Comisión Europea, se reclama la
obligación para las empresas de publicar información contable individualizada
por cada país donde tenga presencia, con el objetivo de supervisar así el
cumplimiento de los precios de transferencia (en operaciones entre la matriz y
la filiales).
El acuerdo alcanzado por los 27 Gobiernos de la Unión en la
cumbre celebrada en Bruselas hace un llamamiento para acelerar la tramitación
de las directivas destinadas a armonizar la fiscalidad del ahorro, atajar el
fraude en el IVA y evitar que las multinacionales realicen una “planificación
fiscal agresiva y el traslado de beneficios” a las jurisdicciones de la UE más
benevolentes. “Simplemente es injusto que las compañías más grandes y exitosas
no paguen apenas impuestos, a pesar de que se benefician enormemente de la
inversión del Estado en infraestructura, educación y formación”, señaló el presidente
del Parlamento Europeo, Martin Schulz, en un duro discurso al comienzo de la
cumbre.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao
Barroso, reafirmó su compromiso de presentar antes de fin de año una revisión
de la directiva sobre matrices y filiales, que intentará frenar el trasvase
ficticio de beneficios dentro de una multinacional.
Los datos que maneja la Comisión indican que como
consecuencia de la evasión y la elusión fiscal, las arcas públicas dejan de
recaudar un billón de euros al año. Solo en España se pierden unos 72.000
millones de euros al año, cifra equivalente a casi el 7% del PIB nacional.
“El compromiso de España en la lucha contra el fraude es
total”, señaló Mariano Rajoy al término de la cumbre. El presidente el Gobierno
mostró su total apoyo a las nuevas iniciativas de la UE para reducir la factura
del fraude. Y aseguró que “se lo van a hacer más difícil a los evasores”.
Entre los compromisos alcanzados destaca el de llegar a un
“intercambio de información automático y universal” entre las haciendas
públicas. El acuerdo se materializará el próximo mes de junio, cuando la
Comisión Europea apruebe un nuevo proyecto de directiva sobre cooperación
administrativa. Y una vez en vigor, el texto afectará a todo tipo de renta o contribuyente.
El Consejo Europeo también alcanzó un principio de acuerdo
para cerrar antes de final de año la nueva directiva sobre fiscalidad del
ahorro, que impondrá el intercambio automático de información sobre los
rendimientos del capital, no solo de las personas físicas (como hasta ahora),
sino también jurídicas.
La nueva directiva completa la aprobada en 2003, que dejó
sin cubrir algunos instrumentos financieros como los seguros de vida, los
fondos o los sicavs. Ahora como entonces, Luxemburgo, cuyo sector financiero
equivale al 2.200% del PIB del país, sigue siendo el principal obstáculo para
la aprobación definitiva. Su primer ministro, Jean-Claude Juncker, no cedió
ayer del todo y logró que la aprobación definitiva de la nueva ley dependa en
parte de un acuerdo similar con cinco centros financieros ajenos a la UE:
Suiza, Andorra, Liechtenstein, Mónaco y San Marino.
Esta vez, sin embargo, la resistencia de Luxemburgo parece
menos numantina, como consecuencia de la impaciencia de sus socios europeos y
de la presión internacional, en particular de Estados Unidos, para atajar la
fuga de capitales y la evasión de impuestos.
Luxemburgo, de hecho, ya ha comenzado a ceder. Y su primer
ministro, Jean-Claude Juncker, confirmó ayer que su país aplicará desde el 1 de
enero de 2015 la directiva actual sobre fiscalidad del ahorro, lo que supone el
fin definitivo del secreto bancario sobre los depósitos de no residentes.
Austria, el otro país que todavía no comparte datos bancarios de manera
automática, también parece resignado a hacerlo.
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