El Gobierno y los sindicatos piden a Iberia que 'resista' a Willie Walsh y negocie un acuerdo de futuro

La desbandada de capital español en International Airlines Group (IAG) esta semana, abre un nuevo foco de inestabilidad en Iberia, ante la constante presión que el consejero delegado de la holding y gestor de British Airways (BA) Willie Walsh, está ejerciendo día a día sobre la aerolínea española que preside Antonio Vázquez, según ha sabido este diario.
Entre el El Corte Inglés y Bankia más de un 14% de participación española se ha volatilizado en pocos días entre grandes inversores de muchas nacionalidades, lo que en cierta forma limita la capacidad del Gobierno a través del Ministerio de Fomento para tutelar el futuro de Iberia dentro del holding IAG.

No obstante, como ya ha avanzado este diario, el hecho de que sigan vigentes las famosas cláusulas de salvaguarda que se firmaron al cerrarse la fusión entre Iberia y BA, y sobre todo el hecho de que IAG sea un grupo español, domiciliado en nuestro país y bajo la supervisión de las autoridades españolas de transporte aéreo, Hacienda, laborales, etc, dejan aún margen al Ejecutivo para no dar por perdida una batalla que se antoja muy complicada dada la persistencia de Walsh de salirse siempre con la suya.
NEGOCIACIONES ABIERTAS
De momento, las negociaciones abiertas en Iberia siguen complicándose cada día ante las reiteradas negativas del ejecutivo irlandés en ceder o hasta tomar en cuenta las pretensiones sindicales. Ni de tierra, donde ya ni siquiera hay negociaciones formales, ni del sindicato de pilotos Sepla, que están pidiendo junto al Ministerio de Fomento, un plan de futuro y garantías sobre la supervivencia de Iberia, según ha sabido este diario de diversas fuentes
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, es el único en todo este asunto que tiene clara su hoja de ruta y lleva semanas poniendo piedras a cualquier posibilidad de encarrilar las negociaciones. Desde decir que Vueling e Iberia Express están para competir con Iberia, hasta mantener que mientras no se firme la definitiva paz social no habrá renovación de la flota de Iberia, cuando ya se han hecho pedidos en firme para BA.
También ha declarado para asombro de muchos y hace muy poco tiempo, que Iberia sigue al borde del precipicio por sus cuantiosas pérdidas y que la aerolínea española no se salvará a menos que aborde nuevos ajustes con urgencia, cuando ni siquiera se han cerrado todavía los últimos pactados entre todas las partes en litigio.
PROVOCACIONES PERMANENTES
Asimismo, sigue bloqueando una decisión sobre los próximos concursos de ‘handling' de AENA, insistiendo en que Iberia no se presentará si no obtiene rentabilidades a las que es ajeno este sector, lo que es una amenaza directa para más de 7.000 empleos de la compañía, lo que unido a la nunca olvidada posibilidad de segregar el área de mantenimiento, como ya avanzó este diario, está otra vez disparando todos los rumores sobre la apertura de un proceso de segregación.

Además, Walsh ha retrasado los nombramientos de los segundos niveles de gestión de la aerolínea española que el nuevo consejero delegado de Iberia, Luis Gallego, se había comprometido en hacer públicos hace ya tiempo.
Y lo que es peor, está bloqueando ‘a conciencia' las posibilidades de acuerdo de Gallego, al que hace viajar a Londres un día sí y otro también, con los sindicatos, en particular con los pilotos, que tienen recurrido en la Audiencia Nacional el proceso de mediación en Iberia que diseñó el Ministerio de Fomento y que acabó hace unos meses con la conflictividad laboral.
FRENTE JURÍDICO
Precisamente, la Audiencia ya ha estudiado está impugnación del sindicato de pilotos Sepla a la reciente mediación y puede pasar cualquier cosa, atendiendo a las recientes sentencias contra los acuerdos laborales en su franquiciada Air Nostrum.
Y mientras, en el frente jurídico está también la querella criminal que la llamada Asociación de Afectados por el Desmantelamiento de Iberia (AADIB) ha interpuesto ante los Juzgados de Instrucción de Madrid por presuntos delitos societarios y contra los derechos de los trabajadores contra los miembros del consejo de administración de las compañías Iberia e IAG desde los pactos de fusión con British, que dieron lugar a la creación de IAG.
EVITAR UN CONFLICTO
El departamento ministerial de Ana Pastor no le quita el ojo a Iberia, pero de momento no está haciendo declaraciones como si hizo el Gobierno en tromba cuando Iberia anunció que dejaba de volar a Cuba y República Dominicana.
El Ejecutivo se siente sin armas, más ahora tras la salida del capital de Bankia, pese a ser IAG una empresa española. Y desde luego quiere evitar a toda costa cualquier roce diplomático con Reino Unido a cuenta de la fusión de Iberia-BA.
El ala más liberal del Gobierno de Rajoy, el que se ha impuesto para permitir a Bankia vender su 12,09% de IAG, recuerda que Ferrovial es propietaria del aeropuerto londinense de Heathrow o la fuerte presencia de otras empresas y bancos españoles en Reino Unido, como Iberdrola o el Santander.
T-4, LÍNEA ROJA DE FOMENTO
Pero Fomento sigue sin descartar un choque, sobre todo sí el impetuoso Walhs sigue en ‘sus trece' abriendo un nuevo conflicto cada día y más si ya ha empezado a pensar en los ‘slots' disponibles en la T-4 de Barajas, como parece que ya está haciendo si nos atenemos a lo que cuenta el Sepla, aunque Iberia e IAG lo hayan negado con rotundidad. Para el Gobierno, la T-4, que costó 6.000 millones de euros a las arcas públicas, es su auténtica línea roja en este asunto.

Pastor pedido paz social en verano a los sindicatos, particularmente al Sepla, y a Iberia, que ofrezca a las centrales un plan de futuro garantizando producción, lo que dificilmente podrá hacer por la presión de Walhs desde IAG.
Fomento está en contacto con los sindicatos y con los consejeros españoles en IAG como el presidente de Telefónica, César Alierta o el ex ministro José Pedro Pérez Llorca, entre otros, también cada día más molestos con las constantes provocaciones de Walsh.
¿HUELGAS EN VERANO?
Sin embargo, entre las bases del sindicato de pilotos ya empiezan a sonar otra vez tambores de conflictividad laboral y de posibles huelgas en verano, lo que quiere evitar a toda costa su jefe, Justo Peral, ya que considera que sería darle más bazas a Walsh.
Sepla dice que aceptaría ajustes y rebajarse los salarios así como medidas de productividad, pero que no firmará el llamado "anexo 10" de su convenio colectivo que dice que le ha propuesto Gallego y que en cierta forma blinda la T-4 de Barajas de forma que la mayoría de la producción desde el ‘hub' de Madrid la opere Iberia.
No obstante, reconoce que no puede oponerse a que British o American Airlines, socia de la británica y la española, crezcan en Barajas, ya que eso forma parte de la política comercial de la empresa. La dirección de Iberia e IAG han negado que se haya propuesto a los pilotos la firma de ese anexo a su convenio.

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