Los límites de la comparación

Poco se habla de cómo debería ser la estrategia de la empresa, (se refiere a Aerolíneas Argentinas) cuál el modelo organizacional y, menos aún, las características de sus empleados. Pero la buena noticia es que la firma comandada por Mariano Recalde no tiene que inventar nada nuevo: hay un espejo donde Aerolíneas se puede mirar, para aprender e imitar. Se trata de Southwest Airlines, una empresa estadounidense que generó una estrategia envidiable y que muchas otras compañías trataron de copiar.” Andres Hatum, La Nación, 24/8/2015.



La comparación sirve para conocer, que es un modo de aprender para aprovechar experiencias ajenas, pero no para copiar o imitar como propone el profesor Hatum de la Universidad Torcuato di Tella en el artículo publicado en La Nación, y que nos motiva a escribir la presente.

Precisamente, muchas gestiones han fracasado por pretender copiar o imitar modelos exitosos a otras realidades políticas, sociales y económicas.

Si es posible, se debe analizar cómo se pueden adaptar a nuestro medio esos modelos exitosos, que de algún modo significan crear un nuevo modo de gerenciamiento.

En la Argentina, y me temo en casi toda Latinoamérica, no tenemos aeropuertos subutilizados, comparando con otros que llamaríamos congestionados.

En nuestro país, salvo Aeroparque y Ezeiza, todos los aeropuertos restantes están subutilizados, y precisamente eso es lo que encarece su uso y hace que nuestros costos aeroportuarios sean muy altos o desmesurados.

Una alternativa seria bajar los costos y establecer subsidios, pero eso sería como el cuento de la manta corta. Es preferible que las tarifas respondan a los costos necesarios para mantener aeropuertos y aeródromos de buena calidad operativa.

Esto significa que la operación área está condicionada a la infraestructura existente, por lo tanto en la comparación que hace el profesor Hatum con Southwest, ya tenemos una diferencia insalvable y que obviamente no solo no se puede copiar sino tampoco adaptar. No tenemos en el cabotaje ni el ámbito regional aeropuertos que llamaría de bajo costo operativo, que serian los que llama subutilizados.

Tampoco tenemos la densidad de tráfico que tiene los EEUU, y para comprobar lo dicho invito a los lectores a ingresar a la página web flightradar24.com y elegir la solapa correspondiente al tráfico aéreo de ese país y la comparen con nuestro país y nuestra América.

Esa menor densidad de tráfico también nos impide tener tarifas más competitivas, ya que en las rutas más demandadas, entre LAN y Aerolíneas Argentinas apenas superan los 15 vuelos diarios. Por ejemplo, para el día lunes 14 entre Aeroparque y Córdoba hay previstos 16 vuelos; 12 entre Aeroparque y Mendoza; 7 entre Aeroparque y Neuquén; 11 entre Aeroparque y Bariloche y varios en los que solo hay uno o dos vuelos programados.

Como vemos, hay costos fijos que deben ser soportados por una menor variedad de tarifas.

Obvio, en el caso de Aerolíneas Argentinas y Austral, hay vicios graves, salarios que no se condicen con la productividad de las empresas, exceso de aeronaves, exceso de personal y convenios colectivos de trabajo muy rígidos que impiden un mejor aprovechamiento de las dotaciones de cada área.

En aeropuertos que solo reciben dos vuelos por día o tres, según los horarios de operación, se debe tener dos o tres turnos de personal para atender en cada caso un promedio de 70 a 100 pasajeros, además del personal de guardia, ya que muchas veces aeropuertos con un solo vuelo diario pueden ser alternativas para eventuales aterrizajes no programados.

Austral tiene un solo tipo de avión que es el ERJ 190, el cual parece ser una aeronave apropiada por su capacidad y radio de acción para las distancias y promedio de pasajeros existentes en nuestro medio. Tengamos en cuenta que hay destinos que necesitan frecuencias con un promedio de pasajeros que oscilan entre 50 y 70 por vuelo.

Aerolíneas Argentinas parece que optó por la flota de Boeing 737 para el cabotaje y tráfico regional y los Airbus A330 para los servicios de larga distancia, ya que los a 340 están en vías de desprogramación. Muy probablemente haya exceso de aeronaves si sumamos las de Aerolíneas Argentinas y Austral.

Respecto a la comercialización, nuestros lectores saben que soy partidario de disminuir la intermediación y facilitar las ventas directas, y en el caso de los GDS o intermediarios, serian éstos los que debería pagar a las aerolíneas para comercializar sus servicios.

En mi opinión, se deberían suspender los servicios que se ofrecen gratuitamente a bordo, durante mi paso por la empresa dispuse la supresión de todo servicio en vuelos menores a 90 minutos de duración, tanto de cabotaje como regionales, y no se registró pérdida de pasajeros. Una variante podría ser ofrecer servicios pagos, como lo hacía Pluna y aparentemente con buen resultado durante la gestión de Matías Campiani.

También, como Southwest ofrecería una sola clase a bordo en todos los vuelos de corta, media o larga duración. En los vuelos de larga duración se debería ofrecer una clase económica con mayor confort que la actual, respaldada con una buena publicidad que atraiga a la gente. Obvio, habría que analizar muy detenidamente cuanto estaría dispuesto a ofrecer el pasajero de económica por un mayor confort, y las condiciones de la misma.

Lo que debería adaptarse, y eso ya lo propuse en este mismo Portal, es un nuevo tipo de gestión gerencial y la incorporación del personal a la dirección de la empresa, como paso previo a establecer un sistema remunerativo que responda a la productividad y empeño de su personal. Pero esto requiere un lapso mínimo de educación y formación, amén de políticas mas razonables y normales por parte de los diferentes gobiernos.

Los argentinos no somos partidarios ni de la previsión ni del ahorro por carecer de una moneda sólida y confiable. La falta de ahorro interno impide realizar obras de infraestructura, y la gente prefiere que los gobiernos se ocupen de las consecuencias de los desastres, antes que realicen obras para impedirlos o morigerarlos. La gente prefiere ver a los políticos chapoteando en el barro y la lluvia como demostración de su genuina preocupación por la gente, antes que verlos trabajado en la previsión de lo previsible, como son las inundaciones que afectan a parte de la provincia de Buenos Aires y cuya dimensión pude comprobar entre el jueves y domingo pasados, viendo como el agua cortaba rutas, o llegaba al borde la ruta 2, en partes de la ruta 7 y obligaba a suspender incluso servicios ferroviarios.

Por este motivo, si el lector ingresa a la página web de AA2000 verá una oferta de varios vuelos especiales a la ciudad de Mar del plata, por causa de las inundaciones que describía antes.

Es cierto, hay que cambiar muchas cosas en Aerolíneas Argentinas y Austral, empresas que por lo dispuesto en el artículo 9 de la ley 26412 no podrían ser privatizadas, hasta tanto se modifique esa norma por parte del Congreso de la Nación.

Pero debemos tener en cuenta las limitaciones existentes, ya que los desórdenes de nuestro sistema político-económico hace muy difícil obrar con racionalidad, y hay que comprender que una gran mayoría de nosotros estamos condicionados por la llamada “dependencia del sendero”, obstáculo que exigirá máxima autoridad como sinónimo de “certeza y ejemplaridad” para que la gente advierta que se puede salir del sendero que conocemos y que nos condiciona.

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