Muy Importantes Ultima Hora ;Roubini: "En la próxima crisis, los bancos centrales sólo tendrán cuatro opciones"
Nouriel Roubini, profesor de
Finanzas y Economía en la Universidad de Nueva York, cree que los bancos
centrales están viendo reducido su abanico de opciones para luchar contra las
recesiones a medida que pasa el tiempo. El tipo de interés natural (el coherente
con el pleno empleo y una inflación constante) está cayendo en Occidente y los
banqueros centrales se quedan sin herramientas y las que tienen no están
exentas de riesgos y costes. | El fin de la fiesta de los bancos centrales: no
podrán evitar la próxima recesión
Roubini señala en un artículo de
opinión publicado por Project Syndicate, que "vale la pena recordar que
durante los dos últimos ciclos de normalización monetaria, la Reserva Federal
estableció el tipo de interés de equilibrio en el 6,5% y el 5,25%". Es decir,
la tendencia ya venía siendo decreciente, lo que está dificultando la misión de
los bancos centrales.
"Cuando la crisis financiera
y la posterior recesión llegaron en 2007-2009, la Fed recortó los tipos de
interés desde el 5,25% hasta el 0%. Aún así, esto no logró impulsar la
economía, por lo que la Fed tuvo que tirar de las políticas no convencionales
por primera vez", destaca el célebre economista.
Poco margen de maniobra
Roubini cree que durante este
periodo de normalización monetaria, la Fed podrá llevar los recortes de tipos
hasta el 3% en el mejor de los casos, "antes de que llegue la próxima
crisis". De modo que viendo lo sucedido durante la última recesión,
"no habrá suficiente espacio para maniobrar eficazmente".
Los tipos nominales caerán hasta
niveles cercanos a cero, la incertidumbre llevará a los agentes a acumular
efectivo y activos muy líquidos y seguros, en detrimento de la inversión, lo
que hará que la política monetaria sea poco efectiva. "La Fed y otros
bancos centrales se quedarán sólo con cuatro opciones, cada una de ellas con
sus costes y beneficios", sostiene el profesor de Finanzas.
Las cuatro opciones
La primera opción consiste en
volver a usar los programas de estímulos (quantitative easing o QE) comprando
deuda soberana a largo plazo, activos privados e incrementando la liquidez en
los mercados.
La segunda opción sería "que
los bancos centrales vuelvan a probar con los tipos de interés negativos, como
han hecho el BCE, el Banco de Japón o el Banco Nacional de Suiza, además de
implementar el QE y las facilidades de crédito. Los tipos negativos imponen
costes para los ahorradores y los bancos, que terminan traspasándolos a los
clientes", asegura Roubini.
La tercera opción consiste en
incrementar el objetivo de inflación que se marcan los institutos monetarios,
que en Occidente se encuentra actualmente cerca del 2%. "Este tipo de
política podría incrementar el tipo de interés de equilibrio hasta el 5 o el 6%
y reducir el riesgo de caer en una trampa de liquidez y otra recesión"
argumenta el experto.
El tipo de interés natural o de
equilibrio es el coherente con el pleno empleo y una inflación constante, es
decir, el que no alimenta burbujas ni recesiones, grosso modo. Este tipo se
encuentra cerca del 0% ahora mismo, por lo que el tipo de interés de equilibrio
debe moverse al compás de la inflación, lo que limita las maniobras de los
bancos centrales. Por eso, una inflación más elevada permitiría a los banqueros
centrales imponer unos tipos nominales más elevados, lo que daría mayor margen
de maniobra ante una nueva recesión.
Por último, la cuarta opción es
la opuesta a la anterior. Los bancos centrales podría reducir su objetivo de
inflación hasta el 0%, como ha sugerido el Banco Internacional de Pagos.
"Un objetivo de inflación menor podría reducir la necesidad de recurrir a
políticas no convencionales cuando los tipos están cerca de 0% y la inflación
no llega al 2%".
No obstante, Roubini cree que
está opción es la menos adecuada de las cuatro porque unos objetivos de
inflación tan reducidos podrían conducir a la delfación (caída prolongada de
precios), lo que desembocaría en un incremento real de los pasivos de los
agentes más endeudados.
"En otras palabras, los
bancos centrales tendrán que enfrentarse a los mismos dilemas políticos que
enfrentaron durante la crisis financiera mundial, incluyendo la 'elección' de
si emprender o no políticas monetarias no convencionales".
"Dado que las finanzas
(bancos centrales) parecen estar obligadas a volver a tirar de la economía una
vez más, las políticas monetarias no convencionales, al parecer, están aquí
para quedarse", sentencia el economista Nouriel Robuni.
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