Bruselas sopesa dar una prórroga a Iberia, pero exige cambios en el accionariado
La Comisión Europea sopesará una
prórroga para que Iberia tenga algo más de tiempo para cumplir estrictamente
con las normas europeas: el 50,1% de la aerolínea
La Comisión Europea sopesará
conceder una prórroga para que Iberia tenga algo de más tiempo para cumplir
estrictamente con las normas europeas: la empresa deberá estar “controlada y
poseída” por capital comunitario. De ello dependen los derechos de vuelo de la
aerolínea. “Tiene que haber un cambio en el accionariado de la compañía, si se
dan unos meses de margen, eso está por ver”, señala a El Confidencial una alta
fuente comunitaria.
Tal y como publicó la semana
pasada este diario, el Ejecutivo comunitario tiene sobre la mesa una petición
del Gobierno español: un tiempo muerto para que la aerolínea española pueda
garantizar su españolidad si finalmente hay un Brexit duro el 30 de marzo. Para
el Ejecutivo de Pedro Sánchez, es clave que la empresa no deje de funcionar,
tanto para asegurar la conectividad dentro de España como también en vuelos
dentro de la Unión Europea. Por ello, intenta transmitir a Bruselas la
necesidad de tener en cuenta el impacto que podría tener dejar los aviones de
Iberia en tierra.
De la concesión de esa prórroga y
de los cambios en la composición accionarial depende que Iberia pierda sus
derechos de vuelo en la UE. Si finalmente el Reino Unido sale el 30 de marzo
del club comunitario sin un acuerdo con Bruselas, la Agencia Estatal de
Seguridad Aérea (AESA) deberá decidir si retira o no los derechos de vuelo. Y
en opinión de la Comisión Europea, si las cosas siguen como están, debería
hacer lo primero.
En ese caso, los aviones de la
aerolínea española no podrían despegar salvo si es para volar desde y a
territorio británico, uno de los "servicios mínimos" garantizados por
la Comisión Europea en el área de Transporte.
Normas europeas
Solo hay una forma de evitar que
Iberia no pueda despegar tras el Brexit: que Iberia esté “controlada y poseída”
por capital comunitario, y para ello hace falta que más del 50% del
accionariado esté controlado por inversores de la UE. Así son las reglas de la
Unión Europea, y Bruselas quiere que se cumplan a rajatabla cuando llegue la
desconexión. Por eso Violet Bulc, comisaria de Transporte, pidió a todas las
capitales que a principios de febrero enviaran a la capital comunitaria sus
decisiones respecto a las licencias de las aerolíneas. Los técnicos del
Ejecutivo comunitario valorarían después si las licencias aceptadas cumplen con
el requisito europeo.
Pero ningún caso es tan complejo
como el de Iberia. Los derechos de voto de la compañía sí están en manos
europeas, en concreto el 50,01% es de Garanair, una sociedad de El Corte
Inglés. Pero a la Comisión Europea no le vale con los derechos de voto, porque
eso no cumple con su fórmula “poseer y controlar”. Y eso es porque la mayoría
de derechos económicos de Iberia son de IAG, el grupo que surgió tras su fusión
con British Airways y que está controlado por Qatar Airways, las gestoras
americanas Capital Group y BlackRock, así como el británico Standard Life
Aberdeen.
Aunque los contactos entre
Bruselas y el Ministerio de Fomento son continuos, estos aumentaron de
intensidad hace unos 10 días para allanar el camino de un problema que está en
la agenda de asuntos urgentes del Gobierno español. El 18 de enero, María José
Rallo del Olmo, secretaria general de Transporte del ministerio, mantuvo un
encuentro con altos cargos de la Dirección General de Transporte de la Comisión
Europea.
Será la Agencia Estatal de
Seguridad Aérea (AESA) la que tendrá que expedir la licencia a Iberia, pero
para hacerlo antes el ministerio tiene que asegurar el terreno para evitar que
Bruselas dé marcha atrás en sus planes o incluso abra un procedimiento de
infracción.
El Ejecutivo comunitario ha
insistido hasta ahora en que no mirará hacia otro lado y que las normas son
estrictas y claras. No solo eso: la Comisión Europea ha advertido en numerosas
ocasiones y desde hace mucho tiempo de la necesidad de poner en marcha
preparativos para el peor escenario.
De hecho, en una comunicación
enviada por el Ejecutivo comunitario a las capitales el pasado noviembre,
Bruselas señala que los planes de contingencia de los países, que España
pretende desvelar en las próximas semanas, “no pueden poner remedio a los
retrasos que podrían haberse evitado a través de las medidas de contingencia y
medidas tomadas a su tiempo por las partes interesadas”, un claro llamamiento a
que los países no resuelvan a través de sus medidas de prevención la falta de
preparación de las empresas.
La incertidumbre que rodea a
Iberia preocupa, y mucho, al sector turístico. Gabriel Escarrer, que ahora es
presidente de la patronal Exceltur (Alianza para la Excelencia Turística), teme
que España pueda llegar a perder al 20% de los turistas británicos, unos 3,6
millones en total.
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