Memorial por los 150 muertos del avión de Germanwings en la catedral de Colonia
Los pasajeros y la tripulación
del siniestro del avión de Germanwings han sido objeto este viernes de una
ceremonia de conmemoración en la catedral alemana de Colonia, donde familiares
y otros asistentes han encendido 150 velas, una por cada fallecido, en las
escaleras del altar.
Los quinientos asistentes fueron recibidos con pequeñas estatuas de
ángeles, talladas en madera y colocadas en los bancos de la catedral, donde
escucharon el panegírico del presidente alemán, Joachim Gauck, quien lamentó
las circunstancias particularmente espantosas de una tragedia que no solo ha
causado pena y dolor, sino también consternación sobre los abismos del alma
humana.
"Nos enfrentamos a un perturbador acto de destrucción al que no
podemos encontrar la respuesta a la pregunta de por qué tanta gente tuvo que
morir por la decisión tomada por una sola persona", ha declarado el
mandatario.
Gauck se refirió al copiloto Andreas Lubitz, quien según las
investigaciones decidió estrellar el avión contra las montañas el 24 de marzo
en un acto de suicidio alimentado por la grave depresión que padecía.
A la ceremonia acudieron también la canciller alemana, Angela Merkel, el
ministro del Interior de España, Jorge Fernández Díaz, en representación de los
cincuenta fallecidos españoles, así como el ministro de Transportes francés,
Alain Vidalies, y el director gerente de la compañía Germanwings, Thomas
Winkelman.
En el exterior de la catedral fueron colocadas flores blancas, rojas y
azules como muestra de condolencia, acompañadas de pancartas de apoyo. "El
tiempo no cura las heridas; simplemente nos enseña a vivir con lo
incomprensible" o "La depresión es impredecible", rezaban
algunas.
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