IAG prueba que no mentía en su plan para Iberia y Vueling
Iberia se prepara para recuperar
rutas y crecer, mientras Vueling sigue en ebullición manteniendo su
independencia y sin hacer de alimentador o feeder de British. La situación de
las dos compañías españolas demuestra que su matriz IAG decía la verdad pese a
la desconfianza incluso, y con contundencia, del Gobierno español.
El ministro Soria, de este modo,
ha vuelto a dejar a España en evidencia internacional con sus profecías
erróneas y su falta de rigor cuando llegó a inventarse una ruta a La Habana que
British ni ofrecía. Fue el más duro atacando a IAG, en un caso comprometedor
para la marca del país y la seguridad jurídica como estímulo a inversiones.
Su postura sirvió para dar pábulo
a las teorías más maquiavélicas sobre los fines de la absorción de Iberia y
Vueling en el holding que lidera Willie Walsh, que el tiempo ha tardado poco en
desmontar. IAG respondió a estos pensamientos malintencionados con datos
objetivos y con los requisitos necesarios para voltear la coyuntura de Iberia y
acentuar aún más el boom de Vueling.
La firma de los acuerdos con los
distintos colectivos de trabajadores de Iberia ha servido para que, de momento,
la esperanza en la compañía madrileña exista y sea elevada, algo difícil de
concebir meses atrás. También en ello han influido el cambio de imagen, las
nuevas políticas comerciales, la mejora del producto y el adelgazamiento de su
cúpula. El resultado es que en pocos meses Iberia ha vuelto a funcionar como
una aerolínea europea de primer nivel.
Vueling, de su lado, ha
demostrado también en los últimos meses, y en los primeros dentro de IAG, que
no hay injerencia alguna desde Londres. Sus más recientes medidas relevantes
han sido seguir en la senda original que la ha aupado al puesto de privilegio
que actualmente disfruta. La apertura de un hub en Roma apuntala la tesis de
que conserva independencia de movimientos.
Madrid
Iberia tiene ahora un proyecto,
un rumbo, y cuenta con un socio potente detrás, algo de lo que no puede
presumir su competidora Air Europa. La compañía de la T4 vuelve a mostrarse
ambiciosa tras una época de repliegue, y llamativo es su renovado interés por
los archipiélagos.
En Canarias y Baleares se había
hecho fuerte Air Europa, después de la quiebra de Spanair, los recortes de
Ryanair y de retiradas como la de Air Berlin.
En los últimos meses, conectar
las islas con Madrid le ha estado suponiendo rentabilidades espectaculares a la
aerolínea de Globalia. El otro campo de batalla es el Atlántico, y la clave en
este punto es la clase Business, donde Iberia siempre partirá con ventaja
respecto a Air Europa. El axioma dice que en la larga distancia el 30 por
ciento del pasaje hace el 70 por ciento de los ingresos, y la compañía de
Hidalgo no ha sabido ganarse al consumidor de más posibles con un producto
atrayente para el ejecutivo.
La flota sigue representando hoy
el gran lapso entre Iberia y Air Europa, cuyo mérito cabe reconocerle en
exclusiva al dueño de Globalia, quien personalmente se ha dedicado a este
asunto y le ha otorgado la prioridad absoluta en su agenda, con los muy buenos
frutos que ello le ha dado a su compañía.
Iberia tiene ahora a un equipo
capaz y corajudo, muy respaldado desde Londres, pendiente de recibir nueva
flota. Aunque hoy esté en desventaja respecto a Air Europa en cuanto a fecha de
llegada de aviones, también es cierto que la capacidad para acelerar las
entregas es distinta en Pozuelo que en un gran grupo aéreo como IAG.
Barcelona
Y si Luis Gallego es el puntal de
IAG en la capital, en Barcelona es Álex Cruz quien se ha revelado como un líder
tanto desde el punto de vista social e interno entre el personal de Vueling,
como de estrategia en lo referido a un modelo de low cost y de vuelos en
conexión.
Vueling se ha convertido en la
referencia hasta el punto de que Ryanair, la todavía líder y hasta hace nada la
que marcaba el rumbo de la estrategia, se ha lanzado a copiarla descaradamente
e incluso a tratar de “destruirla” (sic) replicando a las pocas horas las
nuevas rutas que ha abierto desde Zaventem (Bruselas) y Roma.
La aerolínea barcelonesa busca seguir
con su senda de espectaculares crecimientos acentuando su carácter paneuropeo y
exportando para ello su concepto de hub en Barcelona a la capital italiana en
su modelo inédito para una low cost de vuelos en conexión, si a Air Berlin no
se la considera como a tal.
La compañía alemana es la única
en Europa con una estrategia de más de un hub, en Berlín, Dusseldorf y Palma, y
Vueling reconoce que le llevará tiempo hasta que logre asentar Roma como hub,
con la esperanza de que al ser una capital turística como Barcelona un mínimo
del pasaje esté asegurado junto al corporativo de cualquier capital y el étnico
de una megalópolis.
Vueling es la apuesta de Walsh
para minar a Ryanair y a un O’Leary que no ha dejado de vacilarle en los
últimos años y habitualmente con éxito a tenor de los resultados de su low cost
y las pérdidas y la situación del fondo de pensiones de British Airways.
Londres
IAG ha logrado así que incluso en
el peor clima económico en España en más de medio siglo la aviación nacional conserve
su enseña más emblemática y mantenga intactas las perspectivas de crecimiento
de su marca aérea más pujante.
Dos claves para ello han sido la
estrategia definida desde Londres y la renovación de personal, tanto en la
cúpula –Luis Gallego por Rafael Sánchez Lozano y Álex Cruz por Josep Piqué–
como en cargos intermedios, donde se han incorporado extranjeros –Marco
Sansavini–, que han propiciado un mestizaje y una profesionalización tras unos
años donde los líderes de ambas aerolíneas no habían hecho carrera en la
aviación, sino en la banca y en la política.
Comentarios
Publicar un comentario