Ciencia y Tecnología » Eclipse total de luna: La luna de sangre revive numerosas teorías del fin del mundo y profecías apocalípticas
Un predicador estadounidense
asegura que esta tétrada está relacionada con el apocalipsis ya que Dios está
tratando de comunicarse con los humanos a través de estos signos celestiales
Ha comenzado la era de las
«cuatro lunas de sangre». Sinónimo para muchos de teorías sobre el fin del
mundo y profecías apocalípticas, el eclipse total de Luna del 15 de abril es el
primero de un período poco habitual que no se producía desde hace más de una
década y que no volverá a tener lugar hasta dentro de otros diez. En esta
sucesión de cuatro eclipses lunares totales, la tétrada, que se producirá cada
seis meses, el satélite de la Tierra adquirirá un característico color rojo, un
fenómeno que sólo ocurrirá siete veces este siglo según la NASA.
El eclipse total de Luna pudo ser
visto en América. Allí duró unos 78 minutos y fue retransmitido en directo por
la NASA en conexión con el Marshall Space Flight Center de Alabama (Estados
Unidos).
A lo largo de la historia, este
fenómeno siempre ha estado rodeado de supersticiones y referencias a profecías
sobre desastres naturales de gran magnitud y con tintes propios del fin del
mundo. Aunque el color rojizo que adquiere la Luna tiene una explicación
física, hay quien mantiene la creencia de que estos eclipses de luna está
relacionados directamente con fatalidades. Si al temor que provocaba el tono rojo
entre las sociedades antiguas le sumamos los pasajes bíblicos apocalípticos
tenemos la combinación perfecta para la consolidación de estas teorías
alrededor de las tétradas lunares.
En el Libro de Joel, un texto
bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo que forma parte de los tomos
proféticos, se encuentra una de los vaticinios más empleados durante las lunas
de sangre. Este autor desconocido del que solo conocemos su nombre (que
significa «Yavhé es Dios») y que era hijo de un señor de la época llamado
Petuel asegura que «el sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes
de que venga el día grande y espantoso del Señor» (Joel, 2:31).
Las tétradas, ¿una señal de Dios?
Pero no hace falta remontarse a
la Biblia para encontrar referencias a las lunas rojas como causa del fin del
mundo. El libro Four Blood Moon (Cuatro lunas de sangre) del predicador
estadounidense John Hagee sugiere una vinculación entre esta tétrada y las
profecías sobre la apocalipsis. Según recoge el New York Daily News, durante
los sermones a sus seguidores ha asegurado en más de una ocasión que cada lunas
de sangre suceden en un día religiosamente significativo.
Según Hagee, el eclipse total de
Luna de este martes 15 de abril ocurre durante la Pascua. El próximo, el del 8
de octubre, tendrá lugar durante la fiesta judía de los Tabernáculos o el
Sucot. Esta festividad conmemora las vicisitudes del pueblo judío después de su
salida de Egipto liderados Moisés durante su deambular por el desierto. Los dos
últimos, el 4 de abril y el 28 de septiembre del 2015, volverán a coincidir con
Semana Santa y con el Sucot.
Pero estas fechas no son las
únicas que aporta este pastor. Hagee que cree que Dios está tratando de
comunicarse con los humanos a través de estos signos celestiales, también ha
encontrado conexiones entre tétradas pasados y acontecimientos importantes de
la historia del pueblo judío. Por ejemplo, en el año 1493, las cuatro lunas de
sangre se produjeron durante la expulsión de los judíos de los reinos de
Castilla y de Aragón. En 1949, otras cuatro lunas de sangre tuvieron lugar poco
después de la fundación del Estado de Israel. Y, por último, las que ocurrieron
en 1967 coincidieron con la Guerra de los Seis Días que enfrentó a Israel con
una coalición árabe.
Este eclipse total de Luna no ha
sido la primera ocasiones en la que este predicador ha saltado a los medios de
comunicación estadounidense. Cabe recordar que en el año 2008, Hagee fue
criticado duramente por sugerir que el huracán Katrina fue la consecuencia de
la ira de Dios hacía Nueva Orleáns ya que la ciudad estaba planificando una
reunión de colectivos homosexuales.
Desde 1600 hasta 1900, sin
tétradas
A pesar de todas las teorías y
profecías, el color rojizo de la Luna durante estos eclipses tiene una
explicación. La atmósfera de la Tierra actúa como una lente desviando la luz
del sol al tiempo que filtra sus componente azules, dejando pasar solo luz roja
que finalmente será refleja por el satélite. «Describiría a las tétradas como
un suceso que ocurre frecuentemente en el actual patrón de eclipses lunares»,
explica Fred Espenak, un experto en eclipses en la NASA. «Pero esto no ha sido
siempre así. Durante el intervalo de trescientos años desde el año 1600 al año
1900, por ejemplo, no hubo tétradas», agregó.
Durante 78 minutos, este eclipse
lunar pudo observarse en España, pero sólo desde las Islas Canarias la fase
inicial y con la Luna rozando el horizonte oeste y cerca del amanecer. Debido a
que la Luna inició su parte su paso por la parte penumbral de la sombra de la
Tierra a las 06.53 horas del 15 de abril y no fue hasta las 09.06 horas cuando
el satélite entre en la parte más oscura (o «umbra»), no pudo ser apreciado. Al
menos no en todo su esplendor.
En el resto del mundo, el momento
más impresionante del eclipse de Luna será visible en toda América aunque las
mejores zonas son Australia y la zona del Pacífico. Según la NASA, dependiendo
de las condiciones climáticas de cada lugar, en el continente americano se
podrá apreciar un auténtico espectáculo en el cielo al ver cómo la Luna cambia
de un color anaranjado brillante a un rojo intenso, marrón oscuro y quizás
incluso al gris.
El eclipse de Luna, en directo
Ante esta situación de
«invisibilidad» en España, un equipo de astrónomos del proyecto GLORIA
retransmitió en directo -a través de las web live.gloria-project.eu y
sky-live.tv- el espectáculo astronómico desde el enclave inca de Saksaywaman,
un complejo amurallado en la periferia norte de la ciudad de Cusco (Perú). Los
internautas pudieron comprobar que la Luna no desaparece de la vista, sino que
adquiere la tonalidad rojiza. GLORIA también observó el evento desde la cumbre
del Teide.
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