Los sindicatos de Iberia y British montan un comité europeo en IAG
Los representantes sindicales de
los más de 60.000 empleados de IAG buscan la creación de un órgano que englobe
a pilotos, personal de tierra y asistentes en vuelo, para hablar de tú a tú con
el holding de aerolíneas.
El proyecto, que toma ritmo en
estas semanas, surge a la vista de las dificultades para que colectivos como
Sepla, UGT, CC OO o los británicos Unite y Balpa puedan tener acceso a una
interlocución más allá de las direcciones de Iberia, British Airways, Vueling o
Aer Lingus. La solución en fase de negociación es el comité de empresa europeo,
sobre el que las centrales han presentado ya un borrador a la dirección de IAG
que encabeza Willie Walsh. Grandes grupos del sector aéreo, como Air France
KLM, Lufthansa o Easyjet tienen ya constituida esta figura como órgano de
representación transnacional.
Después de un último encuentro en
marzo, celebrado en Londres, en la primera semana de junio está fijada una
reunión en Madrid para acelerar un proyecto que debería cristalizar en el plazo
máximo de un año. Fuentes sindicales explican que los primeros contactos
comenzaron en mayo de 2014, al abrigo de la Directiva 2009/38 sobre la
Constitución de un Comité de Empresa Europeo (modificó sustancialmente la
directiva 94/45), que permite la creación de de órganos transfronterizos de
representación dentro de la UE. La misma regulación establece un plazo de
negociación de tres años para la formación del grupo sindical, que concluye en
mayo de 2017. “Hasta hoy hemos mantenido encuentros de tanteo y es ahora cuando
empresa y sindicatos debemos acelerar hacia un desenlace”, explica una fuente
cercana a las conversaciones.
El proyecto está liderado por CC
OO, UGT, Sepla, USO y las británicas Unite y Balpa
Este tipo de comités tienen como
misión canalizar la información más sensible de la empresa, la que afecta a
operaciones corporativas, adquisiciones de flota o ajustes, entre otros puntos,
y tratar de influir en las decisiones con su opinión. Tienen carácter
consultivo, pero no de negociación. Es decir, IAG tendrá que compartir
información con este comité único europeo aunque el diálogo social seguirá
siendo un capítulo particular de cada aerolínea y sus sindicatos. La compañía
tiene como representante en las negociaciones a Ed Bolton, responsable de la
dirección de Negocio, además de asistir miembros de la dirección de recursos
humanos de cada una de las compañías del holding.
Representación:
El grupo negociador por parte de
los empleados, conocido como Special Negociating Body (SNB), está formado por
27 miembros, de los que siete son ingleses y cuatro españoles (de CC OO, UGT,
Sepla y USO), a pesar de que British Airways e Iberia copan más del 85% de la
plantilla de IAG.
Este desequilibrio es uno de los
puntos a debate entre dirección y sindicatos. Y es que hay mercados en los que
IAG apenas tiene un puñado de empleados en una oficina comercial, pero
representados con un miembro en el SNB incluso si esos trabajadores tienen
perfil directivo.
Además de la composición del
futuro comité o EWC (European Works Council), otro punto que promete cierto
desencuentro con la empresa es la ley aplicable a este órgano. Los sindicatos,
incluidos los ingleses, abogan por la regulación laboral española al entender
es más garantista para la acción sindical que la británica, según explican las
fuentes consultadas.
CC OO, UGT, Sepla, USO, Unite o
el sindicato de pilotos Balpa defenderán su posición argumentando que IAG es
una sociedad domiciliada en España –fruto de los acuerdos de integración entre
Iberia y British Airways– pese a que tiene su mayor número de empleados en
Reino Unido.
De hecho, British Airways ya creó
en 2012 su comité europeo, antes de que surgiera IAG, argumentando que tenía
una plantilla superior a los 150 trabajadores en más de un estado de la UE.
Entonces lo hizo aplicando la ley belga para eludir la británica. Iberia no pudo,
en ese momento, dar el mismo paso y constituir su comité supranacional, en
representación de todos sus colectivos de trabajadores, al no contar con
personal suficiente fuera de España.
Otra de las cuestiones que deben
ir configurándose en los próximos encuentros entre trabajadores y los jefes de
IAG es la frecuencia de las reuniones, con una pretensión inicial de los
sindicatos de realizar una vigilancia estrecha con cuatro encuentros al año.
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