Noticias destacadas 'Lo de Melilla se soluciona quitándoles la sanidad, la escolarización y las ayudas sociales'

 

  • Ha obtenido el mejor resultado de su Historia en la primera vuelta de las municipales

  • 'Se acabó el bipartidismo. Francia ya no cree las mentiras del binomio UMP-PS'


Marine Le Pen
La presidenta del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, en una conferencia en Nanterre.

Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, que esta semana ha obtenido el mejor resultado de su Historia en la primera vuelta de las municipales, propone arreglar el problema de la inmigración ilegal, como el de Melilla, lanzando "una señal que diga que no tenemos nada que ofrecerles". Le Pen aboga por "no escolarizar a sus hijos, no pagarles el médico, ni darles ayudas sociales".
"Se acabó el bipartidismo. Francia ya no se cree las mentiras del binomio UMP-PS y busca una alternativa", comenta Marine Le Pen dos días después de que el Frente Nacional haya logrado el mejor resultado de su historia en la primera ronda de los comicios municipales franceses. A pesar de presentarse en sólo 597 de los 36.6000 municipios que tiene el Hexágono, la formación ultra se consolida como la tercera fuerza política del país, con un 4,65 % del total de votos, 473 consejeros municipales y un alcalde por designación directa en Hénin-Beaumont.
En la segunda vuelta del 30 de marzo, el FN se propone competir en 315 ayuntamientos y cree posible ganar en alguna de esas 15 poblaciones en las que quedó en cabeza el pasado domingo. "El apoyo a nuestras candidaturas en estas municipales y en las próximas elecciones europeas, donde esperamos ser la lista más votada de Francia, evidencia el rechazo de los ciudadanos a las políticas impuestas por la Unión Europea", señala Le Pen durante una rueda de prensa organizada en su cuartel general de Nanterre, al oeste de París, a la que han acudido 80 periodistas de todo el mundo.
Sonriente y locuaz, la eurodiputada de 45 años se burla de la reciente llamada del Partido Socialista para que las fuerzas democráticas resuciten el pacto republicano e impidan que el Frente Nacional triunfe en más ayuntamientos. "Ese pacto huele a naftalina porque nadie se cree ya la demonización del FN", indica. Cuando las televisiones se han ido, recibe a EL MUNDO en su despacho.

¿Se esperaba este resultado en las municipales? ¿le parece un buen augurio para los comicios europeos?
Por supuesto. Los sondeos siempre nos infravaloran y nos atribuyen menor intención de voto. Así que, si las encuestas nos dan vencedores en las europeas con un 22%, la victoria podría ser aún más holgada. Pero no es mi estilo hacer predicciones...
¿Cómo va su proyecto de la Alianza Europea para la Libertad con el que se propone crear un grupo de euro-escépticos en Estrasburgo?
Ese grupo es absolutamente necesario porque, hasta ahora, los eurodiputados nacionalistas no hemos sido suficientemente escuchados en la Eurocámara. Cuando no formas parte de ningún gran grupo parlamentario, tienes menos derechos y te tratan como a un paria. Pero, en estos próximos comicios, creo que vamos a ser muy numerosos y el Parlamento Europeo se verá obligado a tratarnos con el respeto de los millones de votantes que representamos.
¿Han tenido contactos ya con algún partido español?
No. Y es algo que me sorprende. España es un país muy apegado a su libertad, que no ha osado aún crear una fuerza que critique la Unión Europea y esa política de austeridad que le han impuesto. Pero las cosas pueden cambiar muy deprisa, dada la situación. Ya se ha visto en Italia. Está surgiendo un movimiento que dice "hasta aquí hemos llegado" y que podría encontrar un eco en el pueblo español.
¿Está al corriente de la polémica sobre los inmigrantes ilegales muertos en el Estrecho? ¿Qué le parece?
Una tragedia. Lo peor es que esa situación va a seguir agravándose porque cada persona que acogemos en territorio europeo ve en esa acogida una señal de llamada. Quienes han dejado que esto ocurra son los grandes culpables de esas muertes constantes y de esa oleada de inmigración ilegal que va camino de volverse cada vez más violenta.
En España se ha hablado de pedir más cooperación comunitaria para controlar mejor las fronteras. ¿Cuál sería la solución para usted?
Eso no servirá. Mientras que Europa mantenga una política atractiva para los inmigrantes, nadie les parará. Hay que poner en marcha una política disuasoria, lanzar una señal muy clara que diga que ya no tenemos nada que ofrecerles. No escolarizaremos a sus hijos, no les daremos ayudas sociales, ni alojamiento... Lo de Melilla se soluciona quitando la Sanidad a los inmigrantes. Si no lo hacemos así, seguirán viniendo por miles a probar suerte en el Estrecho.
¿Qué le dice a quienes definen el Frente Nacional como la extrema derecha y lo comparan con el Amanecer Dorado griego o el Jobbik húngaro?
Estoy harta de eso. ¡Es insultante! No tenemos nada que ver con esa gente ni con su ideología neonazi. Somos un partido esencialmente antieuropeista y antiglobalización. El debate ya no está entre la izquierda y la derecha sino entre quienes defienden la nación como estructura ciudadana, económica y social, y aquellos que piensan que es un concepto antiguo y superado, y hay que avanzar hacia un gobierno europeo o mundial. Yo me quedo con los que creen en la nación, ya sean de derechas o de izquierdas.
Ahora se habla mucho de la Europa social.
Ese cuento dura ya 30 años. Ya se refirió a ello Mitterrand y al final no hubo nada. Es hora de que se juzgue a Europa por sus frutos... podridos.
Olivier Py, el nuevo director del Festival Teatral de Aviñón, ha dicho que si ustedes ganan en su ciudad, se llevará el certamen a otro sitio porque el FN y el arte son incompatibles. ¿Qué le parece?
Es una declaración patética, que desacredita a quien la dice.
Además de Hénin-Beaumont, donde Steeve Briois ha salido elegido de manera directa, tiene ustedes opciones de gobernar en otras 15 ciudades. ¿Cuál son las grandes líneas de la política municipal que aplicarán?
Nuestras prioridades son el control del gasto público, la seguridad, la vivienda y la defensa del pequeño comercio. Lo primero es hacer un auditoría, para comprobar que no hay cadáveres en el armario. Luego, bajar los impuestos municipales y racionalizar las finanzas. Vamos a romper con las costumbres deplorables de los ayuntamientos franceses, cuyo proverbial clientelismo no genera más que un gasto creciente. En todas las ciudades en lque ha gobernado el PS han subido la fiscalidad o ha aumentado la deuda. A veces, las dos cosas. En cuanto a la seguridad, no hay más que ver las estadísticas para darse cuenta de que hace falta una acción más firme de las fuerzas de orden y la Justicia, coordinada con las autoridades locales porque la Policía Municipal debe de servir para algo más que poner multas...
¿Y la vivienda y la defensa del comercio de proximidad?
La atribución de viviendas sociales es un tema que da urticaria al ciudadano francés, porque piensa que se rige por amiguismos. Y eso tiene que acabar. Respecto al pequeño comercio, resulta asombroso constatar cómo el PS o la UMP han consentido ambos por igual las prácticas de competencia desleal de las grandes superficies, desde su instalación en el centro de las ciudades hasta sus horarios de apertura dominical... El pequeño comercio merece ser defendido, no sólo por el aspecto económico sino por su componente social.
Según el primer secretario socialista Harlem Désir, el FN ha arruinado cada ciudad que ha gobernado...
Están tan nerviosos con nuestra progresión que se empeñan en retratarnos como una amenaza para la sociedad francesa. pero nosotros no somos la amenaza sino la solución para el estado ruinoso en que han dejado el país. Somos la única alternativa posible, los únicos que podemos frenar a Hollande.

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