España, sede del mayor derroche en las ayudas aeroportuarias de la UE
España constituye el caso más flagrante de derroche
de las multimillonarias ayudas europeas destinadas desde el año 2000 a la
ampliación de aeropuertos, denuncia en un informe el Tribunal de Cuentas de la
Unión Europea (UE) citado por Der Spiegel. "Se fomentaron demasiados
aeropuertos y los proyectos en muchos casos eran sobredimensionados",
señalan los auditores al referirse a las instalaciones, en un documento que se
publica el martes y que ha adelantado el semanario alemán.
La situación más grave se observa en España,
el mayor receptor de las ayudas europeas en esta materia, apunta el texto. Así,
la nueva terminal del aeropuerto de Fuerteventura, en las Islas Canarias, que
con las ayudas europeas amplió de diez a 24 el número de puertas de embarque y
de siete a quince el de cintas transportadoras de equipaje, tuvo que cerrar
seis de estas puertas. Según las previsiones más recientes, el aeropuerto no
estará en disposición de utilizar la totalidad de su capacidad hasta 2030, a
pesar de las buenas cifras turísticas.
Otro caso criticado es el aeropuerto de
Córdoba (sur), que recibió de los fondos de la UE 13,5 millones de euros para
ampliar su terminal, en la que se invirtió un total de 85 millones de euros y
cuyas instalaciones están siendo utilizadas para el aterrizaje y como
aparcamiento de aviones gubernamentales y aparatos privados. A pesar de su
ultramoderna pista de aterrizaje, el número de pasajeros cayó a la mitad entre
2009 y 2013, hasta los 130 viajeros semanales.
Instalaciones del aeropuerto de Ciudad Real.
Instalaciones del aeropuerto de Ciudad Real.
Obligados a cerrar
Los auditores citan, asimismo, el caso del
aeropuerto de Ciudad Real, que costó mil millones de euros y que cerró sus
puertas en 2012. En términos generales, el documento señala que los beneficios
para los viajeros en muchos lugares "no son cuantificables ni
demostrables", a pesar de que las inversiones para la mejora de
aeropuertos europeos desde el año 2000 ascienden a un total de 4.500 millones
de euros.
Según los auditores, siete de los veinte
aeropuertos analizados presentan pérdidas y existe el riesgo de que se vean
obligados a cerrar o a ser mantenidos a la larga por los contribuyentes.
Asimismo, sólo en la mitad de estos veinte aeropuertos las medidas de mejora de
las instalaciones, subvencionadas con dinero europeo, eran realmente
necesarias. Las multimillonarias cantidades destinadas a los alrededor de 500
aeropuertos europeos fueron utilizadas en muchas ocasiones sin sentido ni
razón, señala el informe.
Además, agregan los inspectores, en cuatro de
los cinco países analizados –España, Italia, Grecia y Estonia–, no existía
siquiera un plan nacional de aeropuertos a largo plazo, por lo que la
ampliación de las instalaciones se llevó a cabo sin coordinación alguna.
Aeropuertos fantasma como el de Castellón (este de España) existen en toda
Europa, pero la culpa no es sólo de los políticos de provincia con aires de
grandeza, sino también de una política europea de subvenciones totalmente
equivocada e "insuficientemente supervisada", concluye el documento.
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