Las irritaciones de Hidalgo le provocan problemas cardiacos

Hidalgo vive en permanente estado de irritación. Los berrinches que coge le están pasando factura. Su salud está cada vez más mermada. De hecho, estos días convive con un “stent coronario”. De julio del año pasado a julio de este año ha padecido un infarto y varios achuchones graves.

 

 

 

La delicada salud por la que atraviesa el presidente de Globalia le sobreviene cuando mejor está funcionado el grupo. Y en especial Air Europa, la joya de su conglomerado de empresas.

Los últimos acaloramientos de Juan José Hidalgo han tenido como protagonista las Islas Canarias. Por un lado, la Hacienda del archipiélago más periférico y, por otro, la subasta del hotel Esmeralda, en Tenerife Sur. Problemas fiscales y venta de un hotel que no ha sabido llevar con la sutileza de sus colegas.

La Hacienda canaria ha actuado contra varios grupos turísticos españoles por problemas de reinversión. Los representantes de la mayoría de ellos han reaccionado con naturalidad y están negociando dentro de unos cauces normales. Hidalgo, por el contrario, lo ha hecho a la brava: gritando.

El presidente de Globalia armó un buen pollo a los funcionarios de la Agencia Tributaria. Estos, atónitos, están que se suben por las paredes. El argumento de Hidalgo es el mismo en todos los lugares donde le llaman la atención por una u otra índole: “He creado muchos puestos de trabajo, genero mucha inversión, etc…”.

Dónde más se encolerizó fue con ocasión de la subasta del hotel Esmeralda. Este establecimiento lo llevaba Luabay, pero la propiedad lo vendió para hacer frente a sus deudas (estaban al borde de la quiebra). El empresario salmantino, totalmente fuera de sí, amenazó al colega que se adjudicó la subasta.

Se trata de empresario afincado en Tenerife desde hace décadas, Kurt Conrad, quien aspiraba al Esmeralda a toda costa. Hizo una puja elevada, muy por encima de su valor, por estar situado junto a un establecimiento de su propiedad. Le interesaba por volumen y por ubicación. Pagó cerca de 30 millones de euros.

Tras la puja, el victorioso Conrad fue a estrechar las manos de los demás participantes en la subasta, entre ellos Barceló Hoteles y el empresario indio Ram Bhavani, (Blue Sea al final no se presentó). Cuando llegó a saludar a Hidalgo éste le desairó y empezó a gritarle delante de todo el mundo. Que si el hotel le correspondía a él, que si se iba a acordar.

Los presentes no daban crédito a lo que veían y oían. Y eso que la hotelera de Hidalgo recibió varios millones de euros por la rescisión del contrato. Hidalgo se olvidó del infarto, de los arrechuchos y se comportó “como una fiera desbocada”. Reacciones que al final le están afectando seriamente a su salud.

La familia le arropa estos días de vacaciones en Mallorca (este año ha dejado Marbella). Incluso la exmujer está encima de él. Su vida, no obstante, no es tranquila: sigue el día a día de las empresas y más concretamente de Air Europa. Hizo de anfitrión del representante de Springwater y analiza ofertas “wunderbard”.

Para nada es el Hidalgo de hace unos años. El Hidalgo jovial que invitada en su yate de alquiler a los Escarrer, Fluxá, Piñero y otros colegas no tan grandes. Eran días también de asueto con sus otros amigos mallorquines, los más cercanos. Ahora está aislado. A su cumpleaños (hace dos viernes) en el restaurante Masai sólo acudió el fiel Fernando.