Air Europa y la guerra de Ucrania (y II)
Tras el incidente con el que
fuera uno de sus variados y dispersos
amigos mallorquines— en este caso se trata de la persona de confianza de Pedro
J. Ramírez en la Isla y que llegó a tener mucho poder en la época del
expresidente Matas—las conversaciones entre los representantes de los rusos y
el equipo de Hidalgo se retoman con frecuencia.
La familia del empresario
salmantino, que por aquel entonces se hallaba viviendo en Miami y alejada del
patriarca, había firmado días antes del almuerzo de Casa Fernando un documento
de venta de sus acciones a los rusos con vencimiento el 16 de marzo. La exmujer
de Hidalgo, que se acababa de separar, también rubricó el documento subscrito
por María José y Cristina Hidalgo.
Las condiciones impuestas por el
presidente de Globalia son trasladadas a Moscú vía Londres. Los rusos aceptan y
los representantes comunican al staff de Hidalgo que están de acuerdo. Pero
Hidalgo responde que por la ligazón de Air Europa con Halcón y Travelplan
también tienen que comprar la división de viajes. Los rusos reflexionan y dicen
que ok y que adelante con la operación.
Hidalgo, viendo el inusitado
interés del dueño del aeropuerto de Moscú—a toda costa quiere una compañía
aérea con valor estratégico para su negocio de aviación—les indica ahora que
también han de adquirir la cadena hotelera. O sea, toda Globalia, tal como
adelantara preferente.com. La cantidad que pide Hidalgo es la suma de su deuda
y la del grupo más doscientos millones.
Los representantes de los rusos
se quedan atónitos pero acaban haciendo una due diligence de Globalia tras la
respuesta afirmativa de Moscú. A través del análisis de las cuentas otean el
panorama interno de las distintas divisiones del primer grupo turístico en
facturación de nuestro país. Lo que más les llama la atención son los
resultados de Halcón y Be Live, nada que ver con los de Air Europa.
El tiempo transcurre entre
consultas y negociaciones, entre llamadas y encuentros. Cuando parece que todo
camina hacia buen puerto, Hidalgo se desmarca, allá por febrero, diciendo que
se lo ha pensado y que sólo pone a la venta el 49 por ciento de las acciones de
Globalia. En Rusia no salen de su asombro. Nueva reunión de la cúpula rusa, que
en esta ocasión se lo piensa más detenidamente.
De pronto surge el enfrentamiento
con Ucrania, el incendio de Crimea. Los delegados en Baleares le recuerdan a
Moscú que el 16 de marzo es el dead line, que ese día vence el acuerdo de
compra con la familia. Los rusos están decididos a seguir negociando. Pero dan
marcha atrás a última hora por los
graves sucesos en una región cuyos problemas pueden originar un conflicto mundial.
Los rusos interesados en Air
Europa no se atrevieron a seguir con la operación mientras Putin se enfrentaba
a las grandes potencias por su pulso a Ucrania. Querían a toda costa la
aerolínea hasta el punto de que estaban dispuestos a quedarse con toda
Globalia, las deudas de Hidalgo y el beneficio extra. Los negocios son así.
¿Hidalgo? Ni se inmutó, consciente de que siempre hay pretendientes dispuestos
a subirse a la parra.
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