Rajoy y Rubalcaba arrancan en el Congreso la pugna por las europeas
A tres meses de las elecciones
europeas, que el PP y el PSOE se disputarán a vida o muerte, Mariano Rajoy y
Alfredo Pérez Rubalcaba vuelven hoy a batirse el cobre en el debate sobre el
estado de la nación sin que se atisbe ninguna posibilidad de alcanzar pacto
alguno o acuerdo de calado. Tan solo la política europea, de nuevo, puede hacer
coincidir al presidente del Gobierno y al líder de la oposición. A partir de
ahí, todo serán reproches y visiones muy distintas de lo que ocurre en España.
Ya lo anticiparon ayer desde el
PP y desde el PSOE. María Dolores de Cospedal desde la sede de Génova y Óscar
López desde Ferraz atizaron al adversario político sin contemplaciones, como
preámbulo al nuevo choque que protagonizarán Rajoy y Rubalcaba hoy en el
Congreso.
La actitud de los socialistas
vascos respecto a la actuación de los verificadores en el supuesto desarme
parcial de ETA, pese a que Patxi López y el PSOE, el viernes, restaron credibilidad
y trascendencia al anuncio de desarme parcial, fue calificada por Cospedal de
bochornosa. Y la estrategia que el PP achaca a los socialistas navarros de
"no importarles ir de la mano de Bildu para acabar con un gobierno
democrático", sirvieron a la secretaria general del PP para arremeter
contra el PSOE, en lo que puede ser un anticipo de lo que se verá hoy en el
Congreso. Pero no sólo es eso. La política de inmigración, tras los sucesos de
Ceuta, y el no reconocimiento de los logros en materia económica, enfrentarán a
Rajoy y a Rubalcaba.
El secretario de organización del
PSOE, Óscar López, tampoco abrió ayer la puerta a ningún entendimiento con el
PP. "Desde luego, así es imposible", aseguró tras reprocharle que en
estos dos años de legislatura el presidente del Gobierno se ha dedicado "a
ir contra todo el mundo y sin buscar ningún acuerdo", así en la reforma
laboral como en las pensiones, los recortes en sanidad y educación o el aborto.
Todo ello sumado a que, según criticó, Rajoy sigue sin dar explicaciones a los
presuntos casos de corrupción que salpican al PP, con Gürtel y Bárcenas a la
cabeza, precisamente el motivo por el que Rubalcaba mantiene vigente su demanda
de dimisión a Rajoy.
Rubalcaba reiterará hoy su
propuesta de crear un impuesto sobre la riqueza y un "escudo fiscal"
para que no paguen IRPF los parados, pensionistas y trabajadores con hijos a su
cargo con rentas inferiores a 16.000 euros anuales. Por mucho triunfalismo que
Rajoy trate de esgrimir en materia económica, el PSOE recuerda el millón de
desempleados que en estos dos años desde su llegada a la Moncloa han engrosado
las filas del paro. Y el posible anuncio de una bajada de impuestos también
será cuestionado: "Cada vez que hay campaña electoral, Rajoy promete una
bajada de impuestos. Ya lo dijo en el 2011, y luego hizo cincuenta subidas de
impuestos". Una de las pocas cuestiones en las que el PSOE mantiene el
consenso con el PP es la política antiterrorista, y por eso Óscar López reclamó
ayer a Cospedal que "no meta a ETA en campaña". Y tampoco se espera
ningún acercamiento entre Rubalcaba y Rajoy ante el desafío de Catalunya, pese
a que el PSOE insiste en que lo primero sería sentarse a dialogar para buscar
una solución.
En el fondo, subyace la cercanía
de la campaña de las europeas, de la que el debate del estado de la nación será
el primer cara a cara de los líderes de los dos principales partidos. Un
enfrentamiento que no terminará con las elecciones de mayo, porque un año
después serán las municipales y autonómicas, para desembocar en las generales
en el 2015.
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