Gran despegue del aeropuerto de Ciudad Real en su primer año
En
la segunda época, la infraestructura aspira a convertirse en el centro de
mantenimiento más grande de Europa
El
aeropuerto de Ciudad Real sigue creciendo a un fuerte ritmo. El balance del
primer año de su segunda época no puede ser más exitoso, al estar en visos de
ser el mayor centro de mantenimiento y aparcamiento de aeronaves de Europa.
No
es la única línea de negocio de Ciudad Real International Airport (CRIA) en la
infraestructura, pero sí una de las que, beneficiada por la crisis sanitaria
del coronavirus y las limitaciones del espacio aéreo, lo hará más rentable.
El director de Infraestructuras de CRIA, Agustín del Pozo, destaca el potencial del aeródromo, vinculado a la gran superficie en la que se extiende -700 hectáreas-, y a las óptimas condiciones climatológicas para el desarrollo de su rampa.
El director de Infraestructuras de CRIA, Agustín del Pozo, destaca el potencial del aeródromo, vinculado a la gran superficie en la que se extiende -700 hectáreas-, y a las óptimas condiciones climatológicas para el desarrollo de su rampa.
Más
allá de la actividad comercial con pasajeros, el complejo aeroportuario
ciudarrealeño, está centrado en un proyecto acorde a las expectativas de
negocio que se recogen en el plan director, para ser un aeropuerto industrial y
carguero.
El complejo aeroportuario ciudarrealeño, está centrado en un proyecto acorde a las expectativas de negocio que se recogen en el plan director / Elena Rosa
Con los errores aprendidos de la primera época –cuando la empresa gestora suspendió pagos y su principal financiadora, CCM, quebró-, CRIA trabaja “a demanda” para dar cumplimiento rentable al plan de actuación planteado en 2018, tras culminar la compra del activo por 56,2 millones de euros.
Tiene
la actividad medida y los gastos equilibrados en la búsqueda de oportunidades
en torno al mantenimiento y el estacionamiento de aviones, una vez las
instalaciones han sido verificadas y adaptadas a los estándares de aviación
aérea para cumplir la normativa aeroportuaria que exige AESA.
“Vamos
paso a paso, sin perder la proyección total y la visión global como aeropuerto
industrial”, señala Del Pozo, coincidiendo con la frenética gestión de la línea
de larga estancia, ligada a la preservación y al ‘chequeo’ de aeronaves.
Están
realizando obras para ampliar la plataforma de aparcamiento y así poder
quintuplicar la capacidad de plazas / Elena Rosa
Obras
Tal
es la demanda que la plataforma de aviación comercial se ha quedado pequeña y
ha obligado a los gestores a iniciar obras en la zona norte para sumar 65
hectáreas y así poder quintuplicar la capacidad de puestos de estacionamiento,
actualmente con 60 y el cartel de ‘completo’.
El
asfaltado permitirá la recepción de “las 200 aeronaves contratadas por ahora
hasta octubre, y llegar a las 300 a final de año”.
La
primera fase culminará en septiembre con la intervención en 12 hectáreas para
dar ‘alojamiento’ a 24 aviones, así como en octubre habilitarán 45 ha más y
guardar 145, hasta que el posterior arreglo de otras dos parcelas, según los
planes previstos, permita duplicar los espacios y alcanzar los tres centenares
de plazas.
La
actuación abundará en la estampa que desde hace algunas semanas ofrece la
plataforma y la pista de rodadura, inédita en la controvertida historia del
aeródromo manchego. En conjunto, hay aparcadas en varias disposiciones un total
de 53 aeronaves procedentes de las flotas de Virgin Atlantic, Vueling, Jet
Time, Aerlingus o Iberia, entre otras compañías. Destaca el enorme Boeing 747
estacionado y, tras la ampliación del parking, esperan la llegada de un Airbús
A380.
La
marca de Ciudad Real también ha seducido a aerolíneas especializadas en vuelos
en régimen de wet lease y operaciones charter, como Maleth Aereo o Galistair,
que han decidido establecer bases para largas estancias.
Vigilante
del aeropuerto de Ciudad Real/ Elena Rosa
El
parking, confiesa Del Pozo, ha sido uno de los éxitos inesperados de CRIA,
sobrevenido por las restricciones en el tráfico aéreo mundial ante la expansión
del coronavirus. “En febrero ya empezaron a contactar con nosotros para
estacionar aviones de larga estancia porque no permitían volar y tenían que ir
a tierra”. Fue una oportunidad que CRIA no dejó escapar y que se ha convertido
en uno de sus atractivos.
El
balance en este ámbito no puede ser más positivo, apunta Del Pozo, dado que la
llegada masiva de aviones a Ciudad Real se ha producido en el periodo de más
actividad de vuelos en esta latitud (primavera y verano), a la que se sumará el
tiempo de menor actividad (otoño). “Las estancias serán largas porque llegaron
en los meses de temporada alta y se mantendrán en los de temporada baja, que es
cuando necesitan hacer la revisión”, explica el ejecutivo aeroportuario.
La
demanda es altísima y llega “desde todas las partes del mundo”, como Australia,
Estados Unidos, Europa o África. Ayuda, matiza Del Pozo, que “nuestras tarifas
sean competitivas y más baratas que en Barajas”, y que las compañías “están
bajando costes” por la caída de sus operaciones.
Aeropuerto
Ciudad Real / Elena Rosa
Mantenimiento
Vinculado
al aparcamiento, la línea de mantenimiento es el otro polo de actividad más rentable para el
aeropuerto de Ciudad Real. Hasta ahora, ha conquistado al menos a cinco
empresas especializadas: las españolas Hispano Lusitana de Aviación -HLA- (con
participación de capital portugués), JAS y Kinetic Global, la británica Direct
Services y la norteamericana Willis Lease Finance Corporation (WLFC),
recientemente incorporada.
La
idea es explotar esta vía, contemplada como puntal de ingresos en el plan de
negocio, para llegar “a ser uno de los
centros de mantenimiento más grandes del mundo”.
Para
ello, tendrán que habilitar espacios con tecnología y equipos adecuados que
permitan ampliar las actuales prestaciones, centradas en su mayoría en
revisiones en línea y sobre la propia aeronave. El objetivo es abordar otras
reparaciones “más rigurosas” donde los especialistas puedan realizar
intervenciones estructurales de más calado como el desmontaje de motores.
CRIA
construirá un hangar junto con HLA Technics, además de otros hangares.
Serán
infraestructuras, avanza Del Pozo, que acogerán la revisión de grandes
aeronaves, como el Boeing 747, y otras actuaciones más específicas, a demanda
de los propietarios de los aviones, que incluso podrán optar por “cambiarlos a
carguero”.
Servicios
de carga
La
actividad logística, una de las líneas que inspiró a la infraestructura hace 25
años, es otro de los focos del actual proyecto. El primer paso ha sido
recuperar su terminal de carga, capacitada para mover 78.000 tonealdas de
mercancías al año.
“Es
un avance importante”, sostiene Del Pozo, y está ligado a las verificaciones
instrumentales de los equipos de aproximación y radio ayuda, instalados en la
primera fase del aeropuerto y ahora inactivos. “Estamos poniendo a punto y
calibrando el ILS y el VOR”, explica el directivo, para que entren en funcionamiento
y pueda ser recogido en el manual de la Publicación de Información Aeronáutica
(AIP).
La
tramitación de estas comprobaciones dará paso “el empujón” que darán al plan
carguero “a partir de abril de 2021”, con el que intentarán optimizar la
capacidad operativa de los dispositivos, tanto para carga seca (con 4.000
metros cuadrados) como húmeda (con 2.100 metros cuadrados). En concreto,
cuentan con autorizadas para el control aduanero y sanitario de mercancías,
como el Punto de Inspección Fronteriza.
Tráfico
aéreo comercial
El
tráfico aéreo comercial es otra de las líneas que ha contribuido a dar
viabilidad al aeropuerto en el primer año desde su reapertura, con la cobertura
de vuelos operativos y de carácter privado. La previsión es que en un futuro la
actividad pueda ampliarse a tránsitos intercontinentales de bajo coste.
Es
una vía “que no olvidamos” pero está “muy lejos” de incluir operaciones de
líneas regulares con pasajeros, entre otras razones por la falta del proyectado
apeadero ferroviario conectado a la alta velocidad.
La
conexión está contemplada en el plan empresarial de CRIA a 10 años vista, y su
desarrollo está iniciado a través de “conversaciones con Adif”.
El
objetivo es recuperar los permisos y protocolos diseñados en su momento por
Ciudad Real Aeropuertos, y “conectar el aeropuerto con Madrid en 50 minutos”.
La
comunicación también contempla la implantación de una rama de carga para el
movimiento ferroviario de contenedores.
Es
una obra de “mucho coste” que estaría financiada por fondos públicos
-supuestamente de partidas europeas para el desarrollo de infraestructuras- y
privados, procedentes de inversiones de la empresa.
El
aeropuerto cuenta en este ámbito con una moderna terminal de pasajeros en un
edificio de 28.000 metros cuadrados, 24 mostradors de facturación, 10 puertas
de embarque y cuatro cintas de recogida de equipaje.
Aeropuerto
de Ciudad Real / Elena Rosa
Vuelos
de caza
Los
vuelos de caza fueron los que inauguraron el tráfico aéreo tras la reapertura
del aeródromo el 12 de septiembre, y el balance también es rentable.
Tan
solo en la temporada cinegética y con la campaña ya iniciada, gestionaron 500
operaciones. Del Pozo celebra esto resultados y muestra la disposición de las
instalaciones aeroportuarias ciudarrealeñas para su uso en el nuevo periodo de
veda, previsto para principios de octubre.
También
“continúa abierto” el corredor sanitario entre Ciudad Real y China abierto
durante la pandemia de la Covid-19, que ha permitido transportar dos millones
de mascarillas en cinco vuelos sin escala con destino a las farmacias.
La
gestión de este cordón sanitario comenzó a fraguarse durante el pico de la
pandemia por parte de CRIA, que trasladó al Ministerio de Interior su deseo de
contribuir en la lucha contra el virus poniendo a disposición la
infraestructura.
Polo
de desarrollo económico
Este
conjunto de actividades y la promoción de inversiones y puestos de trabajo por
empresas de mantenimiento, de carga y de aviación general, ha hecho que el
aeropuerto se haya convertido en menos de un año en un polo de atracción
económica para el territorio.
Al
margen de la demanda de personal técnico, sobre todo mecánicos de aviación y de
perfiles más cualificados, otras obras y actuaciones de corte logístico están
creando oportunidades de empleo entre las empresas locales.
La
propia empresa gestora cuenta con una plantilla de 60 personas, a las que
actualmente se suman en el complejo otros 40 trabajadores de la construcción
que abordan las obras de ampliación.
A
medio plazo se prevé alcanzar 200 puestos en diferentes formas de vinculación
como las subcontratas, y en un horizonte de varios años podrían duplicarse o
triplicarse si se cumplen las expectativas de desarrollo del aeródromo.
Aeropuerto
Ciudad Real / Elena Rosa
Nueva
etapa
Es
una nueva y esperanzadora etapa para una infraestructura que cerró sus dos
primeras décadas con un proyecto fallido.
Del
Pozo achaca aquel triste final a la tardanza, “tres años más tarde”, en la
entrada en funcionamiento (en 2008) de las instalaciones que impulsó en 1997 la
Cámara de Comercio, y a la llegada de la crisis económica. Un dimensionado plan
director y “la magnificencia de las hectáreas” fueron otros elementos que
llevaron al aeropuerto a “morir de éxito”.
EN
la actualidad, el aeródromo goza de una actividad saludable y gran proyección
de crecimiento.
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