Bruselas analizará si el rescate de Air Europa facilita su venta a Iberia.
La
venta de Air Europa a Iberia se ha complicado tras el estallido de la pandemia.
La operación, anunciada hace ya más de nueve meses, ha quedado en suspenso
después de que el coronavirus haya generado un agujero financiero en la
aerolínea del grupo Globalia superior a 400 millones de euros. El Gobierno ha
entrado en juego y, para asegurar la adquisición, ha anunciado que rescatará a
Air Europa por su carácter «estratégico». Pero todavía no ha aclarado cómo
evitará que estas ayudas acaben en manos privadas si se concreta la venta de la
aerolínea.
En
este contexto, otro actor cobra cada vez más relevancia: Bruselas. La Comisión
Europea ha flexibilizado las normas comunitarias para permitir que los Estados
miembros rescaten e incluso entren en el capital de determinadas empresas. Pero
ha mantenido ciertas limitaciones. En base a estos criterios, la institución ya
obligó a Lufthansa a ceder varios «slots» para recibir 9.000 millones de euros
de Alemania.
Así,
las nuevas normas comunitarias establecen que la Comisión Europea deberá
evaluar las ayudas que superen los 250 millones de euros antes de que los
Estados miembros las concedan. En el caso de Air Europa, la compañía ha notificado
un impacto de 400 millones de euros por el Covid, por lo que todo apunta a que
el rescate del Gobierno español tendrá que pasar por el filtro de la Comisión
Europea. Y no solo eso, sino que es probable que exija a España ciertas
concesiones, como que Air Europa ceda rutas.
«Si
el beneficiario de una medida de recapitalización en el contexto de la Covid-19
de más de 250 millones de euros es una empresa con poder de mercado
significativo en al menos uno de los mercados de referencia en los que opera,
los Estados miembros deben proponer medidas adicionales para proteger la
competencia efectiva en dichos mercados», explica el texto que aprobó la
Comisión Europea en primavera para delimitar los rescates motivados por el
coronavirus.
Todavía
se desconoce la forma en la que ayudará el Estado a la aerolínea. El fondo que
impulsó el Gobierno para ayudar a empresas estratégicas en dificultades por la
pandemia contempla varias fórmulas: la concesión de préstamos participativos,
la compra de deuda subordinada y la sucripción de acciones. Pero por el momento
el Ejecutivo no ha aclarado qué método utilizará.
Tampoco
está claro cómo evitará el Gobierno que las ayudas acaben en manos privadas. El
fondo solo explica que se podrán beneficiar de estas medidas de apoyo las
compañías que acrediten que eran solventes antes de la pandemia y ahora están
en riesgo de disolución. Además, las empresas rescatadas deberán presentar un
plan de viabilidad y limitar sus inversiones tras recibir estas ayudas
públicas.
¿Qué
ocurre si una de las empresas rescatadas se vende pocos meses después? Es la
pregunta del millón. El Gobierno mantiene el secretismo mientras negocia con
directivos de Air Europa el rescate a través de la SEPI y bajo la supervisión
del Ministerio de Transportes. El acuerdo todavía no se ha anunciado, aunque
está previsto que se llegue a un pacto antes de que finalizase agosto. Los
próximos días serán claves para una operación que puede quedar sellada en uno
de los primeros Consejos de Ministros que se produzcan tras las vacaciones.
Será entonces cuando las negociaciones para la adquisición cobren un nuevo
impulso.
La
posición de Reino Unido
Bruselas
ya estaba ojo avizor respecto a la operación por los posibles monopolios que
pudiera generar en determinadas rutas. Un obstáculo que la compañía presidida
por Luis Gallego intentó salvar cediendo determinados «slots» a Volotea.
Pese
a ello, el argumento de la competencia sigue siendo utilizado por el sindicato
británico Unite para intentar paralizar la operación. La organización se opone
a la compra porque considera que agravará aún más el ajuste de empleo acometido
en British Airways, que al igual que Iberia pertenece al grupo IAG. En un
encuentro con la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ya advirtió del
impacto que tendría la operación en determinadas rutas. Y no solo eso, sino que
fuentes del sindicato aseguran que «ya se está preparando una queja si se
detecta que la compra se financia con dinero público».
La
presión de Unite está haciendo mella en la consideración que tiene Reino Unido
de la adquisición. A diferencia de Madrid, Londres no ha sido tan tajante a la
hora de defender la compra de Air Europa por parte del grupo hispano-británico
IAG, en parte porque la adquisición sobretodo beneficiaría al «hub» de
Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Más de 260 diputados del Parlamento británico han
firmado una carta condenando los despidos en British Airways, que tiene
intención de recortar hasta 12.000 empleos por la crisis del coronavirus. Y el
presidente conservador del comité de transporte, Huw Merriman, ha llegado a
afirmar que no tiene sentido la compra de Air Europa cuando IAG está «tan
necesitado de efectivo». Willie Walsh, consejero delegado del holding, tuvo que
puntualizar que es Iberia, y no IAG, la que acometerá la adquisición de Air
Europa.
Lo
que está claro es que la venta está teniendo una tremenda repercusión. Según
fuentes sindicales, entre Air Europa e Iberia aglutinan al 70% de los
tripulantes de cabina que tienen licencia española, una dimensión que
condiciona los posibles ajustes de empleo que se realicen en el sector en los
próximos meses. Mientras, desde Iberia insisten en que el rescate no tiene por
qué incidir en su posterior venta. Los directivos de la aerolínea ya han
destacado en varias ocasiones en que ambas compañías serán competidores hasta
que no se cierre la operación, que antes de la pandemia ya se encontraba a
expensas de recibir el visto bueno de la Comisión Europea.
Iberia
tiene previsto resolver la adquisición antes de que acabe el año. Pero no
descarta que las negociaciones se rompan. El propio presidente de la empresa,
Luis Gallego, ha afirmado que Air Europa «ya no vale lo que valía», por lo que
era necesario rebajar a la baja los mil millones que ofreció en un primer
momento la antigua compañía de bandera. La empresa estaría dispuesta a ofrecer
ahora la mitad por su histórico competidor.
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