El Congreso continua tramitando la Ley Ferroviaria tras rechazar 5 enmiendas de totalidad
El Pleno del Congreso ha
rechazado este jueves, con los votos de PP y CiU y la abstención de UPyD, las
cinco enmiendas de totalidad al proyecto de ley del Sector Ferroviario de PSOE,
Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), PNV, ERC y BNG, que reprochan al Ejecutivo que
haya presentado una norma tan importante en los "minutos de descuento"
de la legislatura.
El debate ha comenzado con una intervención de casi una hora de la
ministra de Fomento, Ana Pastor, que ha defendido su intento por consolidar un
"gran sistema" ferroviario y adaptarlo para el escenario del siglo
XXI, abriendo los servicios comerciales a la competencia privada tal y como se
promueve desde Europa.
Sin embargo, el portavoz socialista de Fomento, Juan Luis Gordo, ha
acusado a la ministra de usar la mitad de su intervención para hacer
"autobombo y propaganda" con un discurso de "tono
populista" cuyo "parecido con la realidad es mera coincidencia",
y de "perder una oportunidad magnífica para dar respuesta con sosiego y
consenso a los grandes retos del sector", tales como apostar por la
planificación y los estudios de demanda previos a los proyectos, imponer
cánones suficientes para cubrir los costes ni incentivar la intermodalidad.
ES UN "CAPRICHO" DEL
GOBIERNO
"Retire este proyecto de ley porque es inconsistente, irrespetuoso
con el procedimiento establecido, mal diseñado y genera inseguridad jurídica.
Sólo tiene una fuerte carga ideológica. Es una chapuza y un capricho del
Gobierno", ha afirmado, advirtiendo de que se están sentando las bases de
un mayor déficit que acabarán pagando todos los ciudadanos por una
liberalización "caprichosa" y que "no está madura", y que
se abre la puerta a una "preocupante" privatización de la
administración de las infraestructuras ferroviarias y el troceo de la red.
Además, ha acusado al Ministerio de promover una "tramitación
precipitada, sin diálogo y sin tener en cuenta" los informes consultivos
ni incluir una memoria económica "bajo el pretexto" de trasponer una
normativa comunitaria "parcial, sesgada, partidista, improvisada y por
motivaciones ideológicas".
"Si estuviera en su lugar sentiría vergüenza democrática. No se
puede traer un proyecto de ley exclusivamente para tener en el currículo su
tramitación, sobre todo cuando se pretende que nazca con vocación de
permanencia pero que durará muy poco porque lo derogaremos cuando gobernemos en
la próxima legislatura", ha avanzado.
PRISAS INNECESARIAS
Ascensión de las Heras, de la Izquierda Plural, también cree que Fomento
tiene unas "prisas innecesarias" por trasponer una directiva europea
que no entra en vigor hasta 2019 y cuando "apenas faltan tres meses"
para terminar la legislatura con el único objetivo de "satisfacer
exclusivamente las demandas de un sector empresarial ávido por hacer negocio
con el transporte ferroviario".
Y todo a pesar de que otras experiencias de liberalización ferroviaria,
como la británica, han "puesto en peligro los intereses públicos" y
de que precipitarse "llevará a la quiebra al cuarto empleador del
país", Renfe.
"Sería más rentable social y económicamente buscar estrategias para
fortalecer las empresas ferroviarias públicas y apostar por un tren social que
use la mayoría de la población para garantizar el derecho a la movilidad.
Detenga este proceso de liberalización, retire este proyecto de ley", ha
reclamado, advirtiendo de que las líneas menos rentables acabarán siendo
cerradas y muchos ciudadanos quedarán "incomunicados".
AFÁN RECENTRALIZADOR
Por el PNV, Isabel Sánchez Robles se ha preguntado por qué el Gobierno
presenta esta ley "en los minutos de descuento de la legislatura" y,
pese a compartir que "el futuro viaja en tren", ha lamentado que no
se hayan respetado los estatutos de autonomía y que el texto tenga un
"barniz profundamente centralizador".
"Nos alegramos de que hayan decidido trabajar en términos de
planificación, priorización y eficiencia económica, pero para este viaje no
hacían falta estas alforjas, porque no se introducen grandes novedades con
respecto a la ley vigente. Esperábamos más", ha reconocido, llegando a
calificar la norma de "auténtica chapuza".
Joan Tardà, de ERC, cree que parte del origen de las demandas
soberanistas en Cataluña se derivan de la "indignación" y
"hastío" ciudadanos por los "agravios" en materia
ferroviaria, y ha acusado al Gobierno de "condenar a la desaparición"
las líneas menos rentables. Además, se ha preguntado por las razones de las
"prisas" por aprobar una liberalización que países como Alemania o
Francia miran con recelo y ha apuntado que hay "gato encerrado" y que
"detrás hay grandes grupos de capital que intentan, como siempre,
privatizar los beneficios y que lo público pague los déficit".
Por el BNG, Rosana Pérez ha rechazado la "estrategia privatizadora
y liberalizadora" que han seguido los gobiernos de España durante la
última década, cuyos "beneficios y virtudes están por demostrar" y
que "en otros países no han tenido ni de lejos" los buenos resultados
que se esperaban. Por eso, critica que se "adelante sin
justificación" esta medida "centralista y centralizadora" que
pone en el centro del modelo la rentabilidad económica, "muy por encima de
la cohesión territorial y social".
Por Compromís-Equo, Joan Baldoví ha lamentado que la ministra se haya
centrado en "operadores privados y costes" en lugar de hablar de
vertebración territorial o movilidad, y considera que el capítulo de seguridad
es "insuficiente" y que debe implicarse a las comunidades autónomas en
la gestión ferroviaria.
MODELO "PROFUNDAMENTE
EQUIVOCADO"
El portavoz adjunto de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, ha reconocido no
"compartir ni entender la prisas" del Gobierno por aprobar un asunto
que aún se está debatiendo en Bruselas ni tampoco la "satisfacción y orgullo"
por un modelo ferroviario "profundamente equivocado" que "deja
una onerosa deuda" a futuro y que "nunca se ha ocupado de su
rentabilidad ni la sostenibilidad".
No obstante, ha justificado su abstención en que la norma tiene
"aspectos positivos" como lo relativo a la seguridad, pero ha
insistido en la necesidad de debatir sobre el modelo ferroviario y cómo se
entiende la liberalización, ante el riesgo de "volver a encontrar en toda
su gloria el capitalismo de amiguetes" en la adjudicación de títulos
habilitantes sin estudios "realistas" de demanda y explotación que
acaban provocando "negocios pésimos" para la sociedad.
Los nacionalistas catalanes, por boca de Pere Macias, también cuestionan
la urgencia de una normativa "algo precipitada", pero espera que la
voluntad negociadora expresada por Pastor sea auténtica y se puedan resolver
algunos problemas como el de "severa infrautilización" de la
capacidad ferroviaria existente, mejora en los "pésimos servicios"
que reciben algunos ciudadanos, como los usuarios de las Cercanías catalanas; o
la insuficiencia del transporte ferroviario de mercancías.
Además, ha respaldado los argumentos del PNV reclamando a Fomento que
"respete las competencias autonómicas" y "coopere" con
ellas y con los operadores privados para desarrollar nuevos servicios como el
de trenes turísticos aprovechando líneas sin servicio.
ADAPTARSE A LAS NUEVAS
CIRCUNSTANCIAS
Finalmente, el portavoz 'popular' de Fomento, Andrés Ayala, ha defendido
este "buen proyecto" que permitirá al sector ferroviario español
"adaptarse a las nuevas circunstancias y requerimientos" fomentando
una "planificación rigurosa" para contar con una "financiación
sostenible" y conseguir el mayor avance en las coberturas técnicas y de
rentabilidad social y económica". "Le pese a quien le pese", ha
añadido.
Por eso, ha acusado a la oposición de utilizar "argumentos
inventados" en unas enmiendas que ha presentado sólo por "estrategia
política y no por fundamentos legislativos", y ha defendido que la tramitación
del proyecto de ley no se ha hecho "con precipitación sino con
diligencia".
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