IAG continuará revisando el plan de reestructuración de Iberia el próximo 1 de febrero
Rayos, truenos y viento huracanado es el parte meteorológico
que amenaza la celebración hoy del Consejo de Administración de IAG, después de
que la reunión del órgano de gobierno de hoy de Iberia se dinamitara por un
informe sobre el agujero del fondo de pensiones de British Airways en manos del
Ministerio de Fomento. Los representantes del holding en el Consejo de la
aerolínea española se dieron de bruces con la oposición de los directivos
españoles al Plan de Transformación, tal y como les ha pedido el Gobierno.
Julia Simpson, la jefa de gabinete de Willie Walsh, el
consejero delegado de IAG, comprobó ayer que su reciente nombramiento como
consejera de Iberia no va a ser fácil. La ejecutiva confirmó que se ha roto la
unanimidad con los consejeros españoles, que permitió en noviembre aprobar casi
sin rechistar el expediente de regulación de empleo (ERE) para 4.500
trabajadores del grupo. El único consejero que secundó la posición de Julia
Simpson fue Enrique Dupuy, uno de los directivos de la vieja guardia de Iberia
que ahora trabaja en Londres como director financiero de IAG.
Los dos miembros en representación de IAG observaron la
oposición de los consejeros de Bankia y de El Corte Inglés (dueños del 87 y del
13%, respectivamente, del capital), los cuales abogaron por una “solución
pactada” en lugar del duro plan de ajuste que Walsh quiere imponer contra
viento y marea. El banco nacionalizado y el grupo de distribución hicieron
evidente su oposición a despedir a las malas a los empleados de Iberia,
siguiendo las instrucciones recibidas desde el Gobierno.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, se reunió con los
consejeros españoles de IAG para solicitarles que “no ratificasen” el
denominado Plan de Transformación sobre Iberia en el Consejo que hoy celebra la
matriz. El argumento es que el despido del 25% de la plantilla de la antigua
compañía de bandera supondría un duro golpe para la economía española, amén de
un mal precedente para otras empresas en problemas.
Pero, según ha podido saber este medio, la oposición de
Pastor se ha acrecentado tras conocer un informe solicitado a un experto
independiente por la gestora del Plan de Pensiones de los Empleados de Iberia
(pilotos, trabajadores de tierra, etc..) que revela el creciente agujero del
sistema de previsión de British Airways. El documento señala que, lejos de
corregirse, el déficit del plan de pensiones de BA se ha incrementado desde que
ambas compañías se fusionaron en otoño de 2010.
Un documento amenazador
El análisis, realizado por Jon Aldecoa, especialista en
pensiones internacionales de la Federación de Entidades de Previsión Social de
Euskadi, señala que BA tiene una de las mayores obligaciones por pensiones del
mundo comparada con su capitalización bursátil, ya que lo que tiene que aportar
a sus empleados -16.900 millones de libras, 19.600 millones de euros- supera
seis veces su valor de mercado, frente a las dos veces de media de otras
compañías similares.
El autor del informe señala que el agujero se ha incrementado
“en cerca de 2.000 millones desde el acuerdo de integración por la reducción de
los tipos de descuento de referencia”. En resumen, el experto pone de
manifiesto que el agujero del plan de pensiones de los empleados de British se
ha incrementado hasta los 4.500 millones de libras (5.350 millones de euros)
pese a que la compañía ha aportado 750 millones de libras (900 millones de
euros) para reducirlo, teniendo en cuenta el efecto positivo del cambio del
índice de actualización del sistema.
Aldecoa pone también de manifiesto el posible impacto que
pueda tener en los recursos propios de la británica la nueva normativa contable
IAS 19, que obliga a realizar una nueva valoración del plan de pensiones.
Aunque BA iba a hacer público esa tasación en enero, la empresa ha decidido
agotar el plazo legal -finaliza en julio- para presentarlo, lo que ha generado
ciertas sospechas en los consejeros de Iberia y en Fomento.
Ha decidido continuar revisando el plan de reestructuración de Iberia en una
nueva reunión el próximo 1 de febrero, según confirmaron fuentes del 'holding'.
Tras una larga
reunión, que se inició esta mañana, el consejo de la compañía que preside
Antonio Vázquez ha decido aplazar las discusiones en torno al plan de ajuste de
Iberia al próximo 1 de febrero, lo que da más margen a la negociación entre los
sindicatos y la aerolínea para alcanzar un acuerdo definitivo antes del 31 de
enero, plazo marcado.
Precisamente este
jueves, la ministra de Fomento, Ana Pastor, pedía a Iberia y a IAG "que
todas las decisiones que tomen, las tomen a la luz de los intereses generales
del país".
Los sindicatos dicen
tener constancia de las presiones de la "parte británica" de IAG,
contraria a acudir al ERE en vigor en Iberia y más partidaria de aplicar la
reforma laboral "pura y dura", ante el temor de que el preacuerdo
alcanzado entre la compañía y los sindicatos sea rechazado por el consejo de
administración del 'holding'.
Ante el
aplazamiento de la decisión, si Iberia y los trabajadores llegaran a firmar un
acuerdo definitivo dentro del plazo sería "insólito" e
"incomprensible" que el consejo de administración no ratificara dicho
acuerdo, lo que da cierta "esperanza", señalaron fuentes sindicales.
En los acuerdos de
fusión entre Iberia y British Airways (BA) figura una cláusula, incluida en los
tres convenios colectivos --tierra, pilotos y tripulantes--, que establece que
los acuerdos laborales se establecerán por separado en ambas compañías hasta
2015.
NEGOCIACIÓN.
El plan inicial de
ajuste de Iberia, conocido como Plan de Transformación, contemplaba el despido
de 4.500 trabajadores (el 23% de la plantilla), ajuste que se redujo en casi
700 empleos, hasta los 3.836 en la última propuesta presentada por la compañía
a los sindicatos, a la vez que fijaba un ERE temporal para 2013 que afectaría a
1.027 trabajadores.
Tras semanas de
reuniones, la negociación entre Iberia y los sindicatos representantes del 93%
de la plantilla en Iberia --UGT, CC.OO., Asetma, USO, Sitcpla y CTA-Vuelo-- se
desbloqueó el pasado 16 de enero una vez que la compañía aceptó negociar un
plan para el periodo 2013-2017, sobre la base de los acuerdos alcanzados en el
SIMA, al que se sumó el Sepla, y con sendas propuestas sobre la mesa.
En su propuesta
sindical, UGT, CC.OO., Asetma, USO, Sitcpla y CTA-Vuelo reclamaron a la
compañía la prórroga del ERE en vigor, pactado hasta 2013, hasta la
finalización de la negociación del plan de reestructuración, en 2017; la
integración de la filial de corto y medio radio Iberia Express y una
congelación salarial hasta 2015.
Por su parte, el
Sepla ha propuesto una congelación salarial hasta 2015, una reducción del 50%
del salario para los nuevos pilotos que se incorporen a la plantilla y una
rebaja salarial del 10% para toda la plantilla, además de incrementos de
productividad del 10% para toda la red y del 15% para el corto y medio radio.
Hoy mismo, el
sindicato de pilotos se reunió con la dirección de Iberia en un nuevo encuentro
sin avances, según Sepla, a la espera de nuevos encuentros la semana próxima.
Iberia quiere
recortar en 450 millones de euros los costes salariales hasta 2015, desde los
1.300 millones de euros anuales que le suponen a la compañía, con su anunciado
plan de transformación 2012-2015, y ahorrar otros 150 millones de euros con el
plan comercial que contempla, para obtener un beneficio operativo de al menos
300 millones de euros.
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