La casa de Mandela, cubierta de flores, velas y mensajes
Mandela, el mito africano que se alzó contra el 'apartheid'
y el sida. El féretro de Mandela desfilará durante tres días por las calles de
Pretoria
El cruce de la calle 4 con la 12 del barrio de Hougthon
(Johannesburgo), donde se ubica la casa en la que vivió y murió Nelson Mandela,
se encuentra cubierta de flores, velas y mensajes: una montaña de pequeños
homenajes personales dejados por ciudadanos que celebran y extrañan a Madiba
(como se conoce popularmente al expresidente en su país). Imágenes 1 Foto Fotogalería
20 Fotos El mundo llora la muerte de Mandela Fotogalería 15 Fotos Nelson
Mandela, una vida en imágenes El entorno de la vivienda, acordonada fuertemente
por la Policía, es una canción permanente entonada por decenas de personas que
bailan y tocan tambores en honor al expresidente sudafricano, fallecido el
pasado jueves a los 95 años de edad. Él nos liberó, solo podemos recordarle con
alegríaLa tristeza ha sido sustituida por agradecimiento, los lamentos por
gritos de exaltación, y las lágrimas por sonrisas de respeto hacia todo lo que
consiguió. "Él nos liberó, solo podemos recordarle con alegría",
comenta una mujer negra que, gracias a la lucha que dignificó a Mandela, hoy no
tiene problemas para mezclarse con los blancos en un barrio de blancos adinerados.
"De la oscuridad nos llevó a la luz; de la muerte a la inmortalidad; de la
mentira a la verdad", agradece uno de los mensajes escritos frente a la
puerta del "hijo de la tierra en la tierra del sol". Además,
numerosas familias se han acercado al domicilio del héroe sudafricano con sus
hijos pequeños sobre los hombros para que pudieran ver el ambiente. Mezcla de
razas El cruce donde se ahora se erige un lugar de culto es el mejor reflejo
del legado de Mandela, una mezcla de razas y religiones (hindúes, musulmanes,
cristianos, sintoístas...) que rezan, cantan y bailan sin confrontación alguna,
en paz y armonía. Aunque también hay mercaderes en el templo, no faltan los
puestos de recuerdos con el rostro de Madiba, los tenderetes con comida y los
periodistas, que copan las aceras con trípodes y cámaras. La ciudad entera se
encuentra empapelada con el rostro de Mandela, con carteles pegados en los
árboles, en las farolas, en los muros, en las vallas y hasta en los grandes
murales publicitarios. Todas sus frases, sus colores y sus imágenes se resumen
en mismo mensaje: "Thank you, Tata (gracias, padre)". Tras la muerte
de Mandela el pasado jueves, los homenajes populares al expresidente se suceden
en el país con gestos cariñosos de ciudadanos sudafricanos y extranjeros que
quieren rendirle un último tributo.
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