Solo el 44% de la factura son costes propios y el otro 56% son impuestos, subvenciones, primas, carbón, extrapeninsulares, etc... El recibo de la luz que pagamos cada dos meses es uno de los más caros de toda Europa. Y no se debe a que aquí la electricidad sea más cara, si no que la factura de la electricidad es un auténtico «cajón de sastre» que incluye varios costes ajenos al sistema. De hecho, el 56% de la factura son costes ajenos. De ese porcentaje, el 35% corresponde a las primas a las energías renovables, la subvención al consumo de carbón nacional para la generación eléctrica, la amortización del déficit de tarifa, la compensación por las extrapeninsulares, el bono social, etc... y el 21% restante son impuestos. Solo el 44% son costes propios del suministro eléctrico, como la generación (29%) y el transporte y la distribución (15%). Las compañías eléctricas subrayan que el precio de generación en nuestro país «está en la media de la Unión Europea» y que el 50% del